MADRID/MÁLAGA, 24 (SERVIMEDIA)
El Grupo MUEjeres de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) puso de manifiesto que patologías como la fibrilación auricular, el síndrome coronario agudo, el dolor o el ictus presentan diferencias de género y pueden afectar en el aumento de la mortalidad entre las mujeres.
Así lo aseguraron en la I Jornada enfocada a la salud femenina y con perspectiva de género, celebrada este viernes en Málaga. De hecho, el ictus es la segunda causa más importante de pérdida de años de vida por discapacidad en todo el mundo. Supone la primera causa de discapacidad en la edad adulta y, a medida que las mujeres envejecen, van adquiriendo mayor riesgo de sufrir un ictus que los hombres de la misma edad (17% frente al 15%).
En este sentido, una de las miembros del Grupo MUEjeres de Semes, la doctora Susana Sánchez, expuso que, en relación a esta patología, hay grandes diferencias de género en la presentación, atención clínica y resultados del ictus.
“Estas diferencias exceden a las diferencias biológicas explicables por el sexo. Algunas de las diferencias observadas tienen una explicación analizada desde la perspectiva de género, por los roles de las mujeres o la minimización a veces de su sintomatología, lo que condiciona una peor atención sanitaria frente a los varones sin ninguna justificación clínica”, remarcó la experta.
FIBRILACIÓN AURICULAR
En cuanto a la fibrilación auricular, las especialistas remarcaron que las mujeres con esta enfermedad tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y muerte y que existen inequidades en el manejo de esta patología entre sexos.
A este respecto, la doctora Mercedes Varona, también miembro de este grupo de Semes, apuntó que “la piedra angular del tratamiento es la anticoagulación, y las mujeres tienen significativamente menos probabilidades de recibir tratamiento anticoagulante y están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos. Se necesita investigación futura para abordar las brechas de conocimiento en las diferencias específicas del sexo en la fibrilación auricular”.
En el caso de la cardiopatía isquémica en mujeres, más que las características sexuales, son las de género las que determinan peor evolución. “La combinación de ambas resulta en un retraso en diagnóstico y tratamientos, una mayor tasa de complicaciones de estos, un peor pronóstico y en definitiva una mayor mortalidad en mujeres”, señaló la doctora Matilde González, del grupo MUEjeres de Semes.
En temas como el dolor, la doctora Rosa Ibán destacó que la prevalencia de dolor crónico es el doble en mujeres, más frecuente, intenso y de mayor duración. “Las mujeres están sobrerrepresentadas en ciertas patologías como la fibromialgia, las algias cráneo-faciales… Son ellas las que declaran tener peor salud y solicitan ayuda con mayor frecuencia, consumiendo más analgésicos prescritos y no prescritos que los varones”, concluyó.
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