MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El tenista español Carlos Alcaraz inicia este viernes su andadura en el torneo de Miami, segundo Masters 1.000 de la temporada, como vigente campeón y flamante número uno del mundo tras su triunfo en Indian Wells, condiciones merecidas por un juego superlativo que quiere afianzar en Florida.
De costa a costa de Estados Unidos, el murciano sube la apuesta en un 2023 que promete. El pupilo de Juan Carlos Ferrero, campeón de cinco torneos en su irrupción el pasado curso –incluido el US Open para asaltar el ranking de la ATP–, venía ya de fuertes momentos en su joven carrera, pero va camino de superarlos.
Alcaraz arrancó este curso en Buenos Aires, después de perderse las Finales ATP y el Abierto de Australia, tras dos lesiones, y ganó en la capital argentina. Después jugó también la final de Río de Janeiro, que no pudo competir por otra lesión, y el pasado domingo se coronó en Indian Wells, su tercer Masters 1.000.
El primero lo logró el año pasado en Miami, donde regresa con el objetivo de defender su trono y los 1.000 puntos. Y es que la vuelta al número uno de Alcaraz, que perdió en enero ante el campeón de 22 ‘grandes’ Novak Djokovic, tiene ahora la obligación de ganar otra vez en Miami para no delegar de nuevo en el serbio.
‘Nole’ vuelve a estar fuera de la ecuación, como en Indian Wells, por su no vacunación contra el covid, al igual que un Rafa Nadal lesionado. Así, Alcaraz es favorito con merecimiento, un 14-1 esta temporada que solo sabe jugar finales y que en el desierto californiano ni cedió un set en el octavo trofeo de su vitrina.
El triunfo arrollador del español en la final contra Daniil Medvedev es el golpe en la mesa con el que tendrá algo de batalla ganada cada partido que salte a la pista desde este viernes en su debut contra el argentino Facundo Bagnis.
El inicio no apunta exigente para el del Palmar, aunque asoma su compatriota Davidovich en octavos de final. Rune, Fritz, Ruud, Rublev, Tsitsipas o Medvedev son parte de la hoja de ruta que tendría Alcaraz si vuelve a acaparar la atención del mundo del tenis en su camino a otra final.
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