MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
La Asociación SOS Desaparecidos lanza una acción de voluntariado que promueve la búsqueda de personas desaparecidas a través del reconocimiento facial.
“Una iniciativa pionera en España que, además de fomentar el valor de la solidaridad, se caracteriza por el respeto a la privacidad y libertades individuales de la ciudadanía”, explicó la entidad.
El funcionamiento consiste en que aquellos ciudadanos que deseen colaborar sólo deberán unirse al álbum de Google Photos con imágenes de personas desaparecidas que ha sido creado por la asociación y enviar a ‘info@sosdesaparecidos.es’ aquellas imágenes en las que el sistema de reconocimiento facial, instalado de forma nativa en sus teléfonos móviles, haya identificado a una persona desaparecida.
Cuando esto último suceda, la aplicación definirá como nuevo contacto a la persona a quien se busca. Posteriormente, una vez que la instantánea haya sido recibida por SOS Desaparecidos, sus integrantes la remitirán de manera inmediata y privada a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Según señala la asociación, la creación de este nuevo procedimiento de búsqueda se debe a que Google Photos cuenta con 2.000 millones de usuarios en todo el mundo y respeta la privacidad, puesto que ningún otro internauta puede acceder a la galería de imágenes de estas personas.
Por ello, serán los propios voluntarios quienes tendrán que enviar a SOS Desaparecidos aquellas fotografías en las que el sistema de reconocimiento facial haya identificado a personas desaparecidas. Además, otra de las ventajas destacadas por la organización es que el álbum apenas consume la memoria de los dispositivos al encontrarse en la nube.
“Entendemos que el derecho a la vida es el generador de todos los demás derechos”, sostiene el presidente de la Asociación SOS Desaparecidos, Joaquín. Amills, quien también resalta la importancia de continuar mejorando los procesos de búsqueda: “La ciencia avanza, y con ella también la manera de buscar a quienes han desaparecido. Es evidente que nuestra memoria es limitada, pero la tecnología sí que puede procesar e identificar miles de rostros. Estoy convencido de que si utilizamos estos avances de forma responsable podremos resolver antes los casos y con mejores resultados para las familias y las propias personas desaparecidas”.
El presidente de SOS Desaparecidos también señala que la Asociación compartirá el enlace del álbum con los responsables de otras entidades internacionales con las que SOS Desaparecidos colabora en programas de búsquedas, tanto en Europa como en otros lugares del mundo.
“Con ello pretendemos incrementar las posibilidades de que una persona que se encuentra desaparecida fuera de nuestras fronteras pueda ser localizada, además de seguir potenciando el valor de la solidaridad”, añadió Amills.
En este sentido, la asociación también invita a organizaciones de todo el mundo que tienen entre sus propósitos principales la localización de personas desaparecidas a sumarse a esta iniciativa. “En menos diez minutos una entidad de Alemania, Brasil o India podrían crear un álbum como el nuestro para que sus voluntarios y voluntarias puedan ayudarles a resolver desapariciones. Por supuesto, desde SOS Desaparecidos estamos dispuestos a orientarlas en lo que sea necesario”, asegura Joaquín Amills.
La asociación también destaca que el objetivo de este álbum, en una segunda fase, es crear la primera base de datos de reconocimiento facial con el propósito de expandir la búsqueda a otros espacios como aeropuertos, estaciones de autobuses, puertos o emplazamientos donde se encuentran cámaras cuya tecnología permite la identificación de rostros. Para ello plantean establecer alianzas a lo largo de este año y de 2024.
La problemática de las desapariciones a nivel nacional y europeo demanda el planteamiento y desarrollo de este tipo de iniciativas. En 2021, en España se produjeron 22.285 denuncias por desaparición, de las cuales permanecían activas 5.411 a fecha de 31 de diciembre de ese mismo año. Asimismo, cada año desaparecen en Europa 300.000 ciudadanos y ciudadanas europeas. De ellas, 100.000 son niños y adolescentes.
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