SEVILLA, 21 (EUROPA PRESS)
La consejera de Salud y Consumo, Catalina García, ha indicado este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la Junta que se ha iniciado una investigación sobre la denuncia realizada por un matrimonio en la que acusa al Servicio Andaluz de Salud (SAS) de cometer un presunto error en la fecundación asistida a la que se sometieron en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, y que ha llevado a descubrir que el progenitor del bebé no es el padre biológico.
En declaraciones a los periodistas, la consejera ha explicado que, cuando se acabe la investigación, determinarán si lo ocurrido se ha debido “a un error humano o un error de protocolo” y se actuará “en consecuencia”.
“Una vez que sepamos cuál ha sido el error, el circuito se tendrá que limar y se tendrán que poner todas las medidas correctoras necesarias, pero tendremos que esperar a que se acabe la investigación para saber por qué se ha producido el hecho”, ha añadido.
La consejera ha recordado que “al día” se realizan en el Servicio Andaluz de Salud “medio millón de actos sanitarios y, por supuesto, que hay errores”, añadiendo que el equipo directivo de la Consejería “mira de una manera muy especial la reclamaciones que se producen en nuestro centros para ir mejorando la atención” y conseguir que “cada vez tengamos menos problemas”.
Según se explica en la reclamación patrimonial administrativa presentada por el abogado de la pareja, y a la que ha tenido acceso Europa Press, se piden al SAS indemnizaciones por un importe de un millón de euros. No obstante, en el escrito se señala que “no se puede demostrar qué ocurrió exactamente, aunque todo parece indicar que la fecundación del óvulo de la mujer se llevó a cabo con la muestra de un tercero por un error en la manipulación en algún momento del proceso”.
En los hechos se relata que la pareja fue incluida en lista de espera para un proceso de reproducción asistida “en 2019” en el Hospital de Cádiz y que “dos años después” se llevó a cabo la fecundación in vitro y la transferencia embrionaria. “El proceso fue exitoso y tras una gestación normal nació un niño sano en 2021”, se añade.
Sin embargo, “ante los reiterados comentarios familiares de la falta de parecido físico entre el niño y su padre”, en febrero de 2023 se sometieron a una prueba de paternidad, en la que se estableció que el menor no era el hijo biológico del padre, aunque sí de la madre.
En lo que se refiere a los daños infringidos a la pareja y al menor, se considera que es “gravísimo e irreparable” porque el niño “se verá privado de por vida del vínculo natural biológico con quien es su padre” además de no conocer “su identidad y procedencia biológica”, mientras que el padre “ha visto frustrado su sueño de tener un hijo biológico con su esposa, que era lo deseado” y “en algún momento de la vida del niño, éste descubrirá la verdad, lo que acarreará un incalculable impacto emocional y personal añadido para ambos”.
Por último, la madre “tiene ahora conocimiento de que involuntariamente ha gestado y dado a luz a una criatura que es de otro hombre, con la angustia de no conocer la identidad del padre biológico de su hijo, puesto que ella sí había escogido a quién quería que fuera el padre”.
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