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Internet Archive argumenta ante Hachette que su sistema de préstamos digitales de emergencia no vulnera el ‘copyright’

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MADRID, 21 (Portaltic/EP)

Internet Archive (IA) ha argumentado que su sistema de Biblioteca Nacional de Emergencia (NEL, por sus siglas en inglés) respeta los derechos de autor y funciona en base a un interés legítimo, una acción que deriva de una demanda colectiva interpuesta por varias editoriales que insisten en que este sistema de préstamos vulnera el ‘copyright’ de las obras y en cuya primera vista ha participado la firma Hachette Book Group.

Internet Archive es una gran biblioteca digital sin fines de lucro creada en San Francisco (Estados Unidos) en 1996. Esta nació con el objetivo de albergar todo tipo de materiales (desde páginas web hasta grabaciones, pasando por videojuegos). El apartado dedicado a las obras literarias recibe el nombre de Open Library, que se ofrecen a los interesados mediante un sistema de préstamos digitales controlados (CDL, por sus siglas en inglés).

CDL es un método que permite a las bibliotecas prestar libros impresos digitalizados a los usuarios del mismo modo que se prestan los libros físicos en este tipo de centros. Así, si una biblioteca dispone de una copia digital de un libro, puede prestarla a un único usuario a la vez y por un tiempo limitado, tal y como sucedería con el método tradicional de préstamos. Este modelo, además, cuenta con un sistema de lista de esperas en caso de que todos los ejemplares se hubieran reservado para su uso.

En junio de 2020, Internet Archive cesó este sistema de préstamo digital controlado en su biblioteca Open Library y tomó medidas extraordinarias para procurar que todos los interesados pudiesen acceder a estos materiales digitalizados, independientemente de la situación en la que se encontraban, debido a la crisis sanitaria originada por el Covid.

De ese modo, instauró la denominada Biblioteca Nacional de Emergencia. Con esta medida, autorizada a partir del 24 de marzo de 2020, Internet Archive suspendió las listas de espera del sistema CDL para los 1,4 millones de libros de su biblioteca a fin de ofrecer sus obras de manera ilimitada a todos los usuarios interesados.

De ese modo, se garantizaba que todo el mundo –incluidos los que no podían acceder físicamente a estos ejemplares– pudiesen consultar sus libros. A raíz de este cambio, las editoriales HarperCollins, Hachette Book Group, John Wiley & Sons y Penguin Random House, interpusieron una demanda ante la Corte Federal de Nueva York contra Internet Archive, en junio de 2020.

Las editoriales condenaron esta práctica de IA y tacharon a esta organización sin ánimo de lucro de “violar la Ley de derechos de autor y fomentar la piratería digital deliberada a escala industrial”. Asimismo, aseguraron que se trataba de una acción “intencionada y sistemática” por producir “copias de millones de obras inalteradas protegidas por derechos de autor sobre las que no tiene derechos”, lo que les causaba “daños masivos”.

No fue hasta 2022 cuando Internet Archive presentó su correspondiente defensa ante las acusaciones de las editoriales, en la que se oponía a la demanda colectiva de las cuatro editoriales con el objetivo de ayudar a los tribunales “a decidir el caso”, tal y como recuerda en su blog.

Tras presentar sus escritos formalmente, el juez federal John G. Koeltl ha citado tanto a la IA como a las editoriales a exponer sus argumentos vía telefónica para llegar a una conclusión en este asunto. La primera en exponer sus argumentos ha sido Hachette, que se ha enfrentado a la biblioteca de libre acceso insistiendo en que estas copias digitalizadas de libros físicos violan los derechos de sus autores.

Según se menciona en un documento que recoge esta audiencia telefónica, el tribunal se ha centrado en dos tipos de usos de las obras. Por un lado, los que se han registrado bajo el CDL y, por otro, los que se corresponden a los usos de la NEL, que son los que confrontan a ambas partes. La diferencia entre uno y otro es que en el régimen de CDL la biblioteca sí paga por la copia que se utiliza y que lo único que cambia es el formato de consumo (de físico a digital).

Mientras que las editoriales matizaron en su denuncia que “existe un daño indiscutible” hacia los autores, el abogado defensor de IA, Joseph Grantz, ha argumentado que “no hay evidencia de que los editores hayan perdido un centavo” y ha insistido en que las editoriales deberían demostrar y cuantificar las presuntas pérdidas por las que acusa a Internet Archive de poner a disposición las obras de manera ilegal.

Con ello, Gratz ha defendido que el préstamo digital de IA es legítimo y no vulnera el ‘copyright’ de las obras porque hace copias de los libros físicos de su colección Open Library, esto es, la que utiliza el sistema CDL “sin fines de lucro que presta libros y no genera ingresos”.

Por su parte, la defensa de los demandantes, Elizabeth McNamara, ha indicado que muchas bibliotecas pagan por derechos de licencia a las editoriales por prestar copias de libros electrónicos, motivo por el que estas se verían perjudicadas por las prácticas de IA, según recoge Ars Technica.

Otro de los datos que ha salido a colación en esta vista es el que se refiere al incremento de ingresos en la industria editorial a raíz del estallido de la pandemia, con un 12 por ciento más de ventas, lo que se traduce en unos 3.000 millones de dólares generados en concepto de ingresos en 2021.

En base a este registro, el juez federal John G. Koeltl ha solicitado a la defensa de las editoriales que justificara los daños presuntamente causados por Internet Archive. McNamara ha sugerido entonces que los editores hubieran recibido mayores ingresos si la biblioteca no hubiese puesto a disposición las obras de forma gratuita e ilimitada.


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