Lapid denuncia un “aumento” de la violencia contra manifestantes y Gantz pide a Netanyahu “evitar una guerra civil”
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Alrededor de una decena de personas han sido detenidas este jueves en el marco de una nueva jornada de movilizaciones contra la propuesta de reforma del aparato judicial de Israel, que han derivado en enfrentamientos en Tel Aviv después de que las fuerzas de seguridad emplearan gases lacrimógenos contra los concentrados en una autovía de la ciudad.
La intervención de los agentes en la autovía Ayalon ha permitido reabrir la ruta tras los enfrentamientos, que se han saldado con diez detenidos y en los que algunos policías han cargado montados a caballo, según vídeos publicados por el diario israelí ‘Haaretz’.
Asimismo, cientos de personas han bloqueado carreteras en los alrededores de Jerusalén en el marco de la protesta, que llega un día después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, rechazara la ‘hoja de ruta’ presentada por el presidente, Isaac Herzog, para intentar acercar posturas y poner fin a la crisis.
Durante la jornada, el ex primer ministro y líder opositor Yair Lapid ha denunciado que “la violencia contra los manifestantes está aumentando”. “La responsabilidad recae sobre el Gobierno de Israel”, ha manifestado a través de un mensaje en su cuenta en la red social Twitter.
En esta línea, el exministro de Defensa y líder del partido Unidad Nacional, Benjamin Gantz, ha pedido a Netanyahu que actúe para “evitar una guerra civil en Israel” y que se abra a un proceso de conversaciones para pactar la reforma, muy criticada por la oposición.
“Debemos detener el proceso legislativo al menos hasta que termine el mes de Ramadán”, ha explicado, antes de afirmar que la propuesta de Herzog “no era el compromiso de sus sueños, pero podría haber servido como punto de inicio o para suspender el proceso legislativo y empezar un diálogo”.
Gantz ha denunciado que los “extremistas” en el seno del Gobierno, liderado por el Likud de Netanyahu e integrado por una coalición de partidos ultraderechistas y ultraortodoxos, están “partiendo (el país) desde dentro”.
En este contexto, cientos de oficiales y soldados de unidades de ciberinteligencia del Ejército de Israel han anunciado durante la jornada que el domingo iniciarán un boicot. “Cuando se restaure la democracia, volveremos felizmente a ser voluntarios. No hay contrato alguno con un dictador”, han afirmado, según ‘Haaretz’.
Los críticos con la reforma han argumentado que se trata de un ataque al equilibrio de poderes de Israel, ya que concede al Parlamento una influencia inusitada para revocar decisiones judiciales.
Así, daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes que consiga anular con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados.
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