Las partes acuerdan que cumpla 10 años en prisión, 15 en un psiquiátrico penitenciario y 10 de libertad vigilada
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Un jurado popular de la Audiencia Provincial de Madrid ha declarado al parricida de Collado Villalba, el hombre con problemas mentales que mató a su padre el 17 de mayo de 2020, culpable de un delito de asesinato con la agravante de parentesco y la eximente incompleta por alteración psíquica.
Tras deliberar sobre los hechos, el tribunal de jurado ha emitido esta mañana el veredicto del juicio seguido contra Martín G., de origen argentino y con 43 años en el momento del asesinato. El abogado de la acusación particular, el letrado Jaime Sanz de Bremond, ha mostrado su satisfacción tras conocer el fallo sobre el que se dictará la sentencia condenatoria.
El acusado sufre un trastorno psicótico de etiología tóxica, síndrome de dependencia a cocaína y a cannabinoides. En el momento de los hechos, sufrió un brote psicótico al escuchar voces en su cabeza.
El asesinato se produjo sobre las 23.45 horas en la calle Camino de la Fonda de Collado Villalba. Tras el crimen, Martín G. mutiló el cuerpo y le cortó las orejas y las manos. Con las manos ensangrentadas, pintó una figura geométrica en un cuadro del salón.
Los nueve miembros del jurado han declarado al acusado culpable de asesinato con la eximente incompleta por el trastorno mental que sufre desde hace años y del que sigue siendo tratado en la cárcel de Soto del Real.
La partes, fiscal y abogados, han acordado que cumpla diez años en prisión e ingrese después en un psiquiátrico penitenciario durante 15 años. Una vez excarcelado, estará diez años bajo libertad vigilada y estará obligado a cumplir el tratamiento médico que sigue por su estado mental.
También se ha acordado que el psiquiátrico informé al hermano del procesado, que ejerce la acusación particular, cuando se le deje libre o cuente con un permiso para salir ante el peligro que supondría su puesta en libertad.
En su declaración, el asesino relató que esa noche había acudido al domicilio de sus padres para pasar la noche, pero tuvo una discusión y su madre le pidió que se marchara. Fue la progenitora la que abandonó la vivienda. “No tenía bien la cabeza porque escuchaba voces. No era la primera vez”, narró.
En cuanto a los hechos, el procesado contó que le dio a su padre, de 83 años, con un mando de televisión en la cabeza y le clavó “un par de veces” una navaja en el estómago tras una discusión por un móvil. Además, aseguró que usó un hacha y unas tijeras de podar para desmembrar algunas partes del cuerpo.
Cuando sucedieron los hechos, consumía drogas y dejó de recibir la medicación. “Con el Covid, me dejaron de pinchar y en el centro de salud me dijeron que estaban en cuarentena”, narró.
La Guardia Civil le pilló en el momento en el que estaba descuartizando a su progenitor tras alertar la madre de que no podía contactar con su marido.
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