BRUSELAS, 14 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea ha planteado este martes un marco coordinado para las autoridades nacionales que gestionan las fronteras y las agencias europeas, en especial la guarda de fronteras Frontex, que se apoya en un enfoque integrado que insiste en mediadas para reforzar el control de la frontera exterior y para potenciar las deportaciones de los migrantes a los que los países de la UE no concedan asilo.
Así, Bruselas aboga, por ejemplo, por el uso de infraestructuras punteras, cámaras y drones para vigilar los pasos, mapas nacionales “exhaustivos”, una aplicación eficaz del Sistema europeo de vigilancia de fronteras (Eurosur) y el análisis de riesgos.
Los servicios comunitarios consideran “fundamental” mejorar la cooperación entre las autoridades a nivel nacional y europeo para “comprender, detectar y responder mejor” a las rutas irregulares y otros retos migratorios.
El Ejecutivo comunitario también advierte de la necesidad de entendimiento entre los países de pabellón de los buques que realizan salvamentos en alta mar y los países costeros –que a menudo se convierten en el primer puerto seguro para desembarcar a los rescatados–, por lo que insiste en que la coordinación debe ser una tarea prioritaria y aboga igualmente por contar con mejores prácticas en materia de intercambio de información “puntual y completa”.
Mejorar las relacione con los países tercero que son origen o tránsito de las rutas irregulares para llegar a la Unión Europea debe ser otra de las claves en el nuevo marco estratégico de la gestión integrada de la frontera común, con el objetivo de mejorar sus medios para el control fronterizo, el análisis de riesgos, el retorno, la readmisión y la lucha contra el tráfico ilícito de migrantes.
Otro de los pilares de las ideas de Bruselas es construir un sistema común para el retorno, de modo que la mejor coordinación entre autoridades nacionales y agencias europeas agilicen las deportaciones de las personas a las que se deniega la protección internacional en la UE.
Los Estados miembro pueden hacer pleno uso del apoyo disponible por parte de Frontex en todas las fases del proceso de retorno, señala el Ejecutivo comunitario, que busca corregir el bajo índice de deportaciones que se realizan después de que las autoridades de los Estados miembro dicten las expulsiones.
En este sentido, Bruselas ha presentado también este jueves unas recomendaciones para que los países de la UE, con especial hincapié en la necesidad de mejorar el reconocimiento mutuo de las decisiones de expulsión, un elemento que ya existe pero que en la práctica no se cumple por las lagunas en la comunicación y alerta entre autoridades.
Tras la entrada en vigor a principios de marzo de la actualización del Sistema de Información de Schengen, los Estados miembro cuentan ahora con descripciones inmediatas sobre la decisión de expulsión de un nacional de un tercer país emitida por otro socio de la UE.
Ello permite el reconocimiento mutuo de las decisiones dentro de la UE y la rápida ejecución de los retornos desde cualquier lugar de Europa, según defiende la Comisión Europea, que recalca que Frontex estará disponible para apoyar a los gobiernos en las devoluciones.
Con la publicación por Bruselas del marco estratégico para una gestión coordinada durante cinco años, la agencia Frontex tiene ahora seis meses para traducir estas orientaciones a un plan operativo y técnico, mientras que los Veintisiete disponen de doce meses para actualizar sus estrategias nacionales.
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