Experta en Pedagogía alerta de que “las palabras o nos hunden o nos ayudan” y apela a la necesidad de encontrar la “grandeza” en cada alumno
LOGROÑO, 12 (EUROPA PRESS)
La docente del Grado de Pedagogía y del Máster en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Ana Reynoso ha advertido del riesgo de comparar a los niños: “Cuando comparo siempre pierdo, cada uno tiene su ritmo y su forma de aprendizaje”.
En una entrevista a Europa Press, Reynoso ha explicado cómo “en todo ser humano hay grandeza; y todos somos capaces de aprender, pero todos lo hacemos de forma distinta”.
Ha apuntado cómo “desde los centros” tienen que “tener en cuenta, como decía Howard Gardner con la Teoría de las Inteligencias Múltiples, que no existe una sola inteligencia, sino hasta ocho tipos diferentes”.
Se trata de la lingüística; lógico-matemática; visual-espacial; musical; corporal y cinestésica; intrapersonal; y naturalista
“Tenemos que ver en qué es bueno cada alumno” ha indicado al tiempo que ha señalado que “en función de cómo aprende cada uno” se puede encontrar “dónde le puedo exigir”.
Hay alumnos que aprenden mejor de una forma activa, otros necesitan hacerlo de una forma reflexiva, o bien teórica o pragmática; y “no puedo exigirles a todos lo mismo”. Y, sobre todo, ha insistido, “no podemos comparar”.
“Lo que tenemos que hacer es darles seguridad y confianza para que no tenga su autoestima afectada”, ha explicado.
En este sentido, se ha referido al Efecto Pigmalion: un fenómeno que se utiliza en psicología y pedagogía para referirse a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona en el rendimiento de otra.
“Así, no podemos decirle a un alumno algo negativo porque las palabras o nos hunden o nos ayudan y, si nos comparan, la posibilidad de éxito disminuyen”, ha indicado.
En definitiva, “si hablamos de educación personalizada tenemos que personalizar en eso, en que cada uno aprende a su manera”. Y “en casa, sobre todo, no comparar y animar ante los pequeños avances”, ha añadido.
No obstante, ha apuntado la necesidad de “tener cuidado con las expectativas” y “que los objetivos supongan hacer cada día un poco más”.
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