VALÈNCIA, 10 (EUROPA PRESS)
Los representantes de centros zoológicos que ha asistido al 50 Simposio Anual de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EAAM, en sus siglas en inglés), celebrado en el Oceanogràfic de València, han destacado su compromiso de ocupar un papel “aún más decisivo” en la preservación de la vida marina silvestre. Asimismo, han acordado crear un fondo económico para ayudar a equipos con menos recursos afrontar urgencias relacionadas con la fauna marina.
Este viernes concluye en el Oceanogràfic este encuentro europeo, que ha reunido a un centenar de expertos internacionales que disponen de programas punteros de investigación, conservación y divulgación relacionados con delfines, belugas, leones marinos, manatíes y otros mamíferos marinos.
Consecuencia de ello, han acordado poner a todos sus profesionales a disposición y crear un fondo de emergencia privado, dotado inicialmente con 10.000 euros, para ayudar a centros y equipos con menos recursos a afrontar urgencias relacionadas con estos animales en cualquier parte del mundo. Es la primera vez que se llega a un acuerdo parecido en toda Europa, subraya el oceanográfico valenciano en un comunicado.
Durante tres jornadas, se han compartido resultados científicos que “difícilmente se podrían haber generado sin la participación de animales entrenados y sin las condiciones controladas que ofrecen los acuarios”.
“Somos expertos en el cuidado y generamos conocimiento relevante para la conservación en mamíferos marinos no solo en entornos controlados sino también en el medio natural, lo que nos convierte en actores relevantes en la preservación de la vida silvestre”, ha explicado el presidente de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos y coorganizador del evento, Guillermo Sánchez.
Además, científicos del comité de expertos en bienestar animal de la EAAM han anunciado que en verano tendrán lista una herramienta “pionera” para la evaluación del bienestar de los delfines. “Conocer el estado de éstos y muchos otros animales con parámetros objetivos y medibles es fundamental para todas las instituciones que mantienen mamíferos marinos a su cargo, algo que va en la línea de la nueva Ley de Bienestar Animal que se está tramitando”, han defendido.
MONITORIZACIÓN DE ANIMALES
Desde la organización han puesto en relieve que “este instrumento sólo ha podido desarrollarse gracias a los estudios científicos, la experiencia y la ingente cantidad de datos de la monitorización de estos animales por parte de esta comunidad científica para garantizar su bienestar”.
“Un claro ejemplo –prosiguen– de la ciencia generada en centros zoológicos con aplicación directa en conservación es el paper publicado este mismo mes por varios miembros de esta comunidad que han diseñado un nuevo método no invasivo y más preciso para determinar la edad de los delfines. Una simple radiografía de su aleta pectoral con un aparato portátil sustituye el tradicional método que exige la extracción de uno de sus dientes para hacer cortes del tejido”.
Esta información es “crucial”, por ejemplo, en cronopatología para conocer las causas de muerte en los diferentes estratos de la población cuando llegan cadáveres de cetáceos a la costa. También, en el caso de varamientos vivos, conocer los años que tiene un espécimen joven determina conocer si todavía es lactante y por tanto si necesita que le alimenten con leche o bien ya solo con pescado. Un correcto y rápido diagnóstico permite salvarle la vida.
HUB DE CONSERVACIÓN
El director de operaciones zoológicas del Oceanogràfic, director científico de la Fundación Oceanogràfic y coorganizador del evento, Daniel García, ha apuntado que “en nuestros centros no solo nos limitamos a crear ciencia puntera, también ejercemos de verdaderos hub que ponen en contacto a las piezas clave en conservación; prueba de ello son los recientes encuentros internacionales que hemos acogido en relación con la translocación/reintroducción de fauna silvestre y la preservación de tiburones. Es importante aprender los unos de los otros y trabajar juntos”.
Estos centros juegan muchas veces un rol de intermediación con administraciones, financiadores, científicos, ONG conservacionistas y también, con la sociedad.
En este sentido, García ha puntualizado que “uno de los aspectos más cruciales es que tenemos la oportunidad y con ello la responsabilidad de conectar a las personas que vienen a vernos con la naturaleza, con los animales, con los océanos. Vivimos en una sociedad cada vez más desconectada de la naturaleza y es vital utilizar este tipo de centros como fuente de sensibilización. Les explicamos que están amenazados, que es vital protegerlos y sobre todo como cada uno de nosotros puede contribuir a llevar una forma de vida más sostenible que redunde en la conservación de los océanos y del planeta”.
Algo que parece necesario dado que el último informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha señalado directamente a los humanos como los responsables de la degradación sin precedentes de las especies y ecosistemas marinos, de los mamíferos a los corales.
La productora de documentales de la BBC y conservacionista de la Plastic Oceans International, Jo Ruxton, ha afirmado durante la ponencia que “nadie protegerá lo que no le importa, y a nadie le importa lo que nunca ha experimentado; mostrándoles la realidad de la naturaleza quizás podamos tener a muchas personas haciendo algo, lo que es incluso mejor que pocas personas haciendo todo”.
“Estamos ante una gran oportunidad para reforzar los esfuerzos en conservación de los centros con animales bajo cuidado humano; también, para contarle a la gran cantidad de personas que vienen a vernos que estamos todos aquí para salvar especies, que amamos los animales, y para convencerles de que se unan en los esfuerzos para proteger el planeta”, ha indicado el CEO del Zoo de Seattle (EE.UU), Alejandro Grajal.
CENTINELAS DEL MAR
Cuando en la mañana del 4 de marzo la Guardia Civil de València fue alertada de la presencia de una ballena de 17 metros desorientada a unos dos kilómetros de la costa levantina, lo primero que hizo fue avisar al equipo de rescate de la Fundación Oceanogràfic.
Cada vez que hay un avistamiento de cetáceos o tortugas con dificultades, los veterinarios y biólogos del equipo que dirige José Luís Crespo, veterinario responsable de Conservación de la Fundación, acuden para ayudar en los varamientos, determinan su causa, saber el estado de salud de los animales, realizar necropsias. Son los centinelas del mar, capaces de detectar con antelación la aparición o evolución de enfermedades en el medio natural.
Este caso de éxito está comenzando a reproducirse en otros lugares como en Francia: sus administraciones están empezando a apoyarse en el conocimiento y personal de los acuarios para saber cómo atender y proteger a los animales que llegan vivos a las costas.
“Para que la conservación sea eficaz hay que salir de los muros del acuario y ver qué está pasando, obtener datos objetivos, marcarse metas claras y realizar acciones innovadoras cuyo impacto se pueda medir”, ha apuntado el miembro del Grupo de Translocación para la Conservación de la UICN, Ignacio Jimenez.
Opinión que comparte otro de los ponentes, Andreas Fahlman investigador en fisiología de la respiración, metabolismo y el buceo de mamíferos marinos: “Todo el conocimiento que estamos generando en los centros zoológicos debe transferirse y aplicarse a la conservación en el medio natural para poder ayudar a las poblaciones silvestres”.
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