MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
Naciones Unidas celebra este miércoles, 1 de marzo, el primer Día Mundial de los Pastos Marinos, después de que la Asamblea General de la ONU así lo adoptara en mayo del año pasado.
Esa resolución pone de relieve la urgente necesidad de crear conciencia a todos los niveles y de promover y facilitar la toma de medidas para conservar los pastos marinos con el fin de contribuir a su salud y su desarrollo, teniendo presente que mejorar los servicios y las funciones ecosistémicos es crucial para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los pastos marinos son plantas con flores marinas que se encuentran en aguas poco profundas en numerosos rincones del planeta, desde los trópicos hasta el círculo polar ártico. Forman extensas praderas marinas en las cuales se han desarrollado hábitats complejos, altamente productivos y de gran riqueza biológica.
Según datos de la ONU, recogidos por Servimedia, los pastos marinos se encuentran en 159 países de seis continentes y cubren alrededor de 300.000 kilómetros cuadrados en todo el mundo, lo que los convierte en uno de los hábitats costeros más extensos del planeta.
Desde finales del siglo XIX, se ha perdido casi un 30% de la superficie mundial de pastos marinos y al menos 22 de las 72 especies de esas plantas que se conocen en el mundo están en declive.
Desde la década de 1930, se ha observado un descenso mundial de los pastos marinos. El censo más reciente indica que se está perdiendo un 7% anual de este hábitat marino clave. Un 21% de las especies de estos pastos están categorizadas como casi amenazadas, vulnerables y en peligro en la Lista roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
CAMBIO CLIMÁTICO
Los pastos marinos funcionan como sumideros de carbono muy eficientes, ya que almacenan hasta un 18% del carbono oceánico del mundo. lo que los convierte en una poderosa solución basada en la naturaleza para hacer frente a los impactos del cambio climático.
Como permiten amortiguar la acidificación de los océanos, contribuyen también a la resiliencia de los ecosistemas y las especies más vulnerables, como los arrecifes de coral. Asimismo, actúan como primera línea de defensa a lo largo de las costas al reducir la energía de las olas, por lo que protegen a las personas del creciente riesgo de inundaciones y tormentas.
A pesar de que apenas cubren un 0,1% del fondo oceánico, estas praderas marinas proporcionan alimento y refugio a miles de especies de peces, caballitos de mar, tortugas, etc., además de proporcionar sustento a algunas de las mayores pesquerías del mundo.
Los pastos marinos pueden mejorar la calidad del agua al filtrar, reciclar y almacenar nutrientes y contaminantes, y reducir la contaminación de los alimentos marinos.
A pesar de su importante contribución al desarrollo sostenible y a la mitigación y adaptación al cambio climático, este componente básico de la biodiversidad marina está en peligro y solo una cuarta parte de todas las praderas se encuentran dentro de áreas marinas protegidas.
La combinación de las distintas presiones que ejercen el desarrollo costero, la contaminación, incluida la escorrentía terrestre, el cambio climático, el dragado y las actividades de pesca y navegación no reguladas son factores clave de la degradación de las praderas marinas y sus ecosistemas.
Pese a la tendencia general de pérdidas en todo el mundo, algunas zonas han mostrado una ralentización de la pérdida o una recuperación sustancial. Estos casos de restauración se pueden atribuir con frecuencia a intervenciones concebidas para reducir el efecto de los factores de estrés causados por los seres humanos.
- Te recomendamos -