MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han participado en un estudio que ha puesto de manifiesto que muchas especies de murciélagos toleran y sobreviven a grupos de virus que tienen altas tasas de mortalidad en humanos, lo que podría deberse a una modulación de la respuesta inmune innata de estos animales, que los convierte en huéspedes asintomáticos y tolerantes de virus.
Los hallazgos del equipo del CSIC, que ha trabajo en colaboración con un grupo adscrito al Hospital de Monte Sinaí de Nueva York, han sido publicados en la revista ‘Cell’, y puede arrojar luz sobre las propiedades únicas de los murciélagos que subyacen a su notable respuesta contra el envejecimiento y el cáncer.
A partir de los inventarios de refugios realizados en colaboración de la Junta de Andalucía, los investigadores Javier Juste y Carlos Ibáñez, del CSIC, seleccionaron al murciélago de herradura grande (‘Rhinolophus ferrumequinum’), el más adecuado para el estudio, ya que pertenece a un grupo que es típicamente portador asintomático de coronavirus, incluyendo algunos estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2.
Con la colaboración de distintas instituciones, se consiguió la obtención de muestras y envío de material base del estudio en un tiempo récord, a pesar de las dificultades provocados por el confinamiento domiciliario decretado en los albores de la pandemia.
El autor principal del estudio, Thomas Zawaka explicó que el estudio sugiere que “los murciélagos han desarrollado mecanismos para tolerar una gran cantidad de secuencias virales, y pueden tener una relación más estrecha con los virus de lo que se pensaba anteriormente”.
Este descubrimiento “adquiere una nueva relevancia, dado que se ha demostrado que muchas especies de murciélagos toleran y sobreviven a grupos de virus que tienen altas tasas de mortalidad en humanos”, lo que se podría explicar por “una modulación de la respuesta inmune innata de los murciélagos, que los convierte en huéspedes asintomáticos y tolerantes de virus”.
Hasta la fecha, no existían modelos celulares fiables para estudiar la biología de los murciélagos o sus respuestas a las infecciones virales, lo que dificultaba la comprensión de sus adaptaciones genómicas.
Así pues, la nueva metodología desarrollada en este trabajo ha permitido obtener células pluripotentes inducidas a partir de las muestras de tejidos del murciélago de herradura grande proporcionadas por el equipo del CSIC.
Adolfo García-Sastre, investigador del Monte Sinaí, apuntó que “el hallazgo más extraordinario ha sido la presencia de grandes vesículas en las células madre de murciélagos llenas de virus pertenecientes a las principales familias virales, incluidos los coronavirus, sin comprometer la capacidad de las células para proliferar y crecer”.
Esto “podría sugerir un nuevo paradigma para la tolerancia a los virus, así como una relación simbiótica entre los murciélagos y los virus, o si lo virus están sirviendo como agentes y editores en aspectos de la biología del huésped de manera que lleguen a influir sus patrones evolutivos”.
Por último, Javier Juste y Carlos Ibáñez mostraron su confianza en que “los murciélagos, injustamente denostados socialmente, nos ayuden a comprender y utilizar los mecanismos especiales de tolerancia a las infecciones virales que ellos han desarrollado, y su respuesta a las tácticas empleadas por los virus para evadir el sistema inmunológico en nuestra propia respuesta a las infecciones víricas”.
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