MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
La doctora Cristina Fernández Carballido, reumatóloga del Hospital Universitario San Juan de Alicante, ha advertido de que las enfermedades cardiovasculares son frecuentes en pacientes con enfermedades inflamatorias.
Los pacientes con enfermedades inflamatorias inmunomediadas (IMID) crónicas tienen más comorbilidad que la población general siendo las más frecuentes las enfermedades cardiovasculares que, a su vez, suponen una causa importante de mortalidad en dichos pacientes.
“También son habituales los trastornos del estado de ánimo, la osteoporosis o las infecciones, y no es raro que el paciente presente varias comorbilidades simultáneamente. Además, los pacientes con multimorbilidad tienen una enfermedad más grave y peores resultados de salud”, ha explicado la doctora en el marco del IV Curso Multidisciplinar en Reumatología, Dermatología y Enfermedad Inflamatoria Intestinal, organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), con la colaboración de Pfizer.
La especialista ha explicado que “el aumento de la comorbilidad en estos pacientes tiene varias causas, siendo las más importantes la inflamación persistente y la presencia de factores de riesgo no corregidos”.
“Por eso es importante que la inflamación esté adecuadamente controlada evitando, en la medida de lo posible, que aparezcan brotes o que persista de manera prolongada cierto grado de inflamación residual. Cada vez hay más evidencias que sugieren que el adecuado tratamiento de la inflamación puede conseguir una reducción de la comorbilidad, por lo que es fundamental un control óptimo y estrecho de la actividad de la enfermedad”, ha añadido al respecto.
En opinión de la doctora Fernández Carballido, “todos los profesionales sanitarios implicados en el manejo de estos pacientes deben ser conscientes de que ciertas comorbilidades son más frecuentes, ya que lo primero y más importante es la detección de éstas y de sus factores de riesgo”.
“Una vez detectadas, hay que corregir antes que nada los factores de riesgo que son modificables (ya que algunos como el tabaquismo, o la obesidad aumentan el riesgo de múltiples comorbilidades, especialmente enfermedades cardiovasculares y cánceres, y reducen la respuesta a los tratamientos). Es importante reforzar la necesidad de adoptar un estilo de vida saludable, para conseguir un mejor control tanto de las comorbilidades como de la propia enfermedad inflamatoria”, ha añadido al respecto.
Para la experta, también es importante que, si las comorbilidades se pueden beneficiar de tratamiento, éste se inicie y se controle la respuesta al mismo.
Según un estudio realizado en el año 2016 para valorar la prevalencia de las enfermedades mediadas por el sistema inmune en España, el porcentaje de pacientes afectados por las diez IMID más importantes estaba en torno al 6 por ciento, lo que supone más de 2,5 millones de personas afectadas en España.
De todas ellas, la psoriasis era la más frecuente, siendo el 2,69 por ciento, mientras que el conjunto de los pacientes con artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, y lupus casi igualaban esta misma prevalencia.
Por su parte, el doctor José Francisco García Llorente, reumatólogo del Hospital Universitario Galdakao-Usansolo y uno de los coordinadores del curso, ha destacado que el futuro pasa por “procurar impedir que se desarrollen dichas enfermedades para no tener que someter a los pacientes a tratamientos que implican mucho más que controlar el proceso inflamatorio per sé”.
En la misma línea se ha pronunciado el doctor José Antonio Pinto, reumatólogo del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña y también coordinador de esta iniciativa formativa, quien ha resaltado que “en la actualidad no se concibe una asistencia de calidad sin un adecuado abordaje multidisciplinar”.
A juicio de ambos especialistas, es crucial que los pacientes con varias enfermedades relacionadas reciban una atención integrada sin tener que ir de una a otra consulta asincrónicas en el tiempo, y sin poder coordinar los tratamientos entre los profesionales. Además, cada profesional aprende del otro en lo que respecta a estas enfermedades, y mejora su acción con otros pacientes que están todavía por diagnosticar.
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