MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Un juez estadounidense ha rechazado este miércoles la posibilidad de que se presente una muestra de ADN del expresidente Donald Trump durante el juicio que se llevará a cabo por la demanda en el caso de violación de la periodista Elizabeth Jean Carroll durante los años 90.
El juez del tribunal de distrito Lewis Kaplan ha asegurado que es “demasiado tarde” para incluir la prueba de ADN del expresidente estadounidense, ya que el juicio está programado para el próximo mes de abril, según ha informado la cadena NBC News.
El caso se reavivó la pasada semana tras meses de negativas por parte del equipo legal de Trump. Joe Tacopina, su nuevo abogado, mandó una carta al juez ofreciendo enviar una muestra de ADN a cambio de más información contenida en un informe sobre el supuesto material genético que se encontró en el vestido de la periodista.
“Si los abogados de Trump querían información que no estaba incluida en ese informe, deberían haberla pedido mucho antes”, ha sentenciado el juez, agregando además que los abogados de Carroll han tenido “muchas oportunidades” para exigir al expresidente dichas muestras de ADN.
Asimismo, ha cuestionado la validez de la evidencia debido a que no se podría asegurar una “calidad suficiente del ADN” por haber permanecido, supuestamente, en el citado vestido “desde mediados de la década de 1990”.
Elisabeth Jean Carroll presentó en 2019 una demanda en un tribunal estatal contra el expresidente estadounidense por difamación debido a la forma en la que el magnate neoyorquino negó una primera denuncia por violación, que dijo que “ella no era su tipo” y que “lo hacía para vender”.
La periodista escribió en su libro ‘¿Para qué necesitamos a los hombres?’ que Trump la agredió sexualmente en los probadores de una tienda de Manhattan a mediados de los 90. Según ella, se encontró con Trump en la Quinta Avenida de Nueva York y fueron a una tienda de lencería para comprar un regalo a una mujer, donde el expresidente la habría empujado hasta un probador y la habría violado.
Carroll dio a conocer esta historia por primera vez en este libro, publicado en junio en la edición digital de ‘The New Yorker’. Tras ello, presentó la denuncia. Carroll explicó en su momento que había dado este paso animada por el movimiento #MeToo.
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