MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
El candidato del Partido Popular al Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, se presenta como “alternativa” al “susto o muerte” que, a su juicio, encarnan la izquierda y el independentismo en la Ciudad Condal, aspirando a ser “el único” de los “partidos constitucionalistas” con opciones a entrar en el Consistorio tras las elecciones municipales del 28 de mayo.
En una entrevista en Servimedia, Sirera explicó que él es “una persona de partido” y por eso se pensó “poco” volver a la primera línea política en este momento en el que es “necesario que haya un PP fuerte” que sea capaz de aglutinar “a todos aquellos constitucionalistas de izquierdas o de derechas que no están de acuerdo con lo que se está haciendo” desde el Gobierno de España y el de la Generalitat.
“Yo lo que aspiro es a representar a todos los constitucionalistas que quieran tener una voz fuerte dentro del Ayuntamiento de Barcelona”, explicitó Sirera, tras reconocer que en estos momentos el PP catalán “ha sufrido” el abandono de votantes que pensaron que “el partido no estaba haciendo lo que debía” o que se “ilusionaron” con otras formaciones.
Ahora, Sirera hizo un llamamiento “a todas esas personas para que vuelvan”. Su objetivo, remarcó, es ayudar a que su formación vuelva a ser “la casa común del constitucionalismo en Cataluña”. Para tal fin, abundó en que se necesita que el PP salga “fuerte” de la cita con las urnas el próximo 28 de mayo.
En este punto, repitió su mantra de que “no existe ninguna maldición que diga que el Partido Popular no puede ser también un partido de gobierno en Cataluña”. “Y a eso nos vamos a dedicar todos los días desde ahora hasta las elecciones”, apuntó.
Su afán es trasladar a todos los catalanes que existe “una alternativa sensata frente a la izquierda que ha convertido Barcelona en un auténtico desastre”. “Y al otro lado están los independentistas que quieren seguir convirtiendo a Cataluña en una comunidad sin futuro”, se revolvió.
ABRIR LAS PUERTAS
En cuanto a si su proyecto pasa por incluir a cargos de Ciudadanos, respondió que él busca “abrir las puertas de par en par para que todas aquellas personas que quieran venir a construir una alternativa sensata tanto en los gobiernos municipales como en el Gobierno de España puedan venir al PP”.
Aseguró que él aspira “a todo”. Esto es, “a ganar”. En todo caso, asumió que “es complicado” porque “venimos de una situación ciertamente difícil”. “Sí que es cierto que cuando el PP ha sido decisivo en Cataluña, y lo hemos sido en algunas ocasiones, se han hecho políticas al servicio de la gente y no al servicio ni de ensoñaciones independentistas ni de políticas que lo que han hecho es empobrecer a la sociedad catalana”, destacó.
Por tanto, explicó que su ambición es que su partido “pueda decidir” para que Cataluña vuelva “a la senda de la moderación” y que esta tierra sea un foco de atracción de talento, de inversiones, de turismo, y que no se dé la imagen internacional de una ciudad con “gente quemando contenedores, lanzando vallas contra la policía, manifestándose y diciendo que en España no hay democracia y se produce represión”.
Advirtió de que “todo eso aleja los inversores de nuestra ciudad” y también a los turistas de la Ciudad Condal. “Lo que quiero es tener una Barcelona y una Cataluña abierta que le puede decir a la gente ‘venga a usted a invertir a Barcelona, va a encontrar seguridad, va a encontrar un marco jurídico tranquilo y va a encontrar menos impuestos’”.
“Eso lo haría con el programa del PP”, recalcó. “Mucha gente me pregunta que después de las elecciones con quién voy a pactar y yo digo que a mí no me interesa con quién, que a mí lo que me interesa es el qué vamos a pactar, qué es lo que queremos hacer”, apostilló.
De tal forma, si sus votos fuesen “decisivos”, descartó “pactar a cambio de tener cuatro asesores más o dos concejalías de distrito”. Su pretensión, manifestó Sirera, es poner su voto al servicio de quien le diga “que Barcelona va a tener 4.000 agentes de la Policía que ahora faltan” o trabajar por “unas nuevas contratas de limpieza que permitan que Barcelona esté limpia, que la gente pueda circular con tranquilidad o que se bajan los impuestos”.
PACTOS
“Esas son mis líneas rojas o mis propuestas para poder hablar con alguien de futuros pactos”, subrayó, aunque a renglón seguido reconoció que “es muy difícil tener que elegir entre susto o muerte” al ser preguntado por posibles alianzas con las formaciones que están ahora presentes en el Consistorio de Barcelona.
Sobre quién sería “susto” y quién “muerte”, según su propia terminología, respondió que “tanto monta, monta tanto”, puesto que “ambos lados del tablero político lo que hacen es poner a Barcelona y a Cataluña al servicio de sus intereses partidistas y no los del conjunto de los ciudadanos de Barcelona”.
Así, “entre unos y otros”, enjuició que “tanto el Partido Socialista como Podemos, en este caso la señora Ada Colau, son corresponsables de la situación en la que se encuentra Barcelona”. “Y el señor Xavier Trias, cuyo jefe de campaña es Carles Puigdemont, ya ha dicho que lo que quiere es la independencia de Cataluña”, agregó.
Sobre Vox y si su objetivo es superarle en votos, se remitió a que “la mayoría de encuestas que están apareciendo dicen que el único partido político constitucionalista que puede tener opciones de entrar en el Ayuntamiento es el PP”.
En base a ello, volvió a dirigirse a “todas esas personas que podían estar pensando en votar a otras formaciones políticas constitucionalistas y que se pueden encontrar con que dan su voto a una formación política y esa formación política no entra” en el Consistorio.
Con un PP “con fuerza” en el Ayuntamiento, recalcó Sirera, se podría “evitar” que la ciudad “caiga en manos o de la izquierda radical o de los que quieren poner a Cataluña o situar a Barcelona al frente de una Cataluña independiente hipotética”. Reiteró de tal forma que lo que pretende es que el PP sea “el único partido de centroderecha que entre”. A este respecto, recordó que algunas encuestas dan que Vox puede entrar y otras que no.
“MISMOS PRINCIPIOS”
“Pero yo creo que se puede defender los mismos principios y valores que defienden otras fuerzas políticas con amabilidad, con diálogo, hablando con todo el mundo y pudiendo llegar a acuerdos con todo el mundo”, consideró Sirera, para a continuación resaltar que a él no le gusta tener “un lenguaje combativo contra nadie”.
Tras reivindicarse como “alternativa real frente a la izquierda radical y a los independentistas”, pidió ayuda para dejar atrás los “radicalismos” y “hacer algo que parece imposible” pero que demanda “muchísima gente” y que es, según reseñó, lograr el “cambio” en la política y también en las formas políticas y así “darle la vuelta” a la situación en la que se halla Barcelona.
En el caso de lograr responsabilidades de gobierno, explicó que en primer lugar se dedicaría a trabajar por la seguridad y a apoyar a los cuerpos policiales, ya que “hay un déficit de 1.000 agentes de la Policía Nacional y de 3.000 de los Mossos d’Escuadra”. Tras denunciar la “complicidad muy salvaje” que ha tenido “en muchas ocasiones” el Ayuntamiento con los ‘okupas’, remarcó que él quiere una ciudad “en la que los únicos que tengan miedo sean los delincuentes”.
A este respecto, Sirera denunció que en Barcelona el presupuesto ahora “se destina a cosas que son absolutamente absurdas e innecesarias”. “Parece ser que no hay dinero para nuevos policías, que sí que lo hay, y en cambio hay 73 millones de euros para elaborar un plan para perseguir al castellano en la ciudad de Barcelona”, deploró.
“BARRIOS DE TERCERA”
En materia de limpieza, abogó por revisar la contrata, ya que ahora Barcelona está “absolutamente hecha unos zorros”. “Ada Colau no sale de su despacho. Si saliera, se daría cuenta de cómo está Barcelona y actuaría”, recriminó a la alcaldesa, a quien también acusó de “estar consiguiendo que haya barrios de primera y otros de tercera”.
Sobre Colau, compartió su impresión de que no parece “una persona que se preocupe mucho por el conjunto de los ciudadanos de Barcelona”, sino que “invierte mucho en los barrios en los que su resultado electoral es mejor” y menos en los que no, lo cual denota “sectarismo”.
En su caso, expuso que su apuesta pasa por bajar los impuestos y, “sobre todo, por no crear nuevos”. Habló, en concreto, de bajar el impuesto de circulación a las motocicletas, así como disminuir los impuestos a los pequeños comercios para favorecer que les vaya mejor.
Así, aseguró que si pudiera “reduciría” los impuestos que son de ámbito municipal, como el impuesto de circulación el IBI o la tasa de basuras, y hacerlo en la medida que “permita la ley”. Igualmente, propuso que, “con una declaración responsable, alguien que tiene un restaurante y quiere abrir otro lo pueda abrir de manera inmediata” sin pasar por trabas administrativas que son “absolutamente perjudiciales para el desarrollo económico de la ciudad”.
Sirera también lamentó que el Ayuntamiento de Barcelona no haya creado nuevas viviendas de tipo social y “ha iniciado una campaña en contra de la gente que tiene viviendas cerradas” cuando tendría que “tratar de ayudar a los propietarios que tienen esos inmuebles cerrados a ponerlos en el mercado de alquiler”.
En síntesis, defendió “abrir de par en par Barcelona, poner una alfombra roja y una banda de música a los turistas y permitir que la gente cree nuevos negocios, riqueza, trabajo y Barcelona se convierta en un polo de atracción de recursos, de gente que viene a invertir y que quiere gastar su dinero”. “A veces, cuando camino por Madrid veo en el Madrid de hoy la Barcelona de hace años”, remachó.
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