MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad Federal de São Paulo (Brasil) y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Bristol (Reino Unido) han identificado las estructuras cerebrales responsables de los comportamientos compulsivos de búsqueda de drogas debidos al consumo repetido de cocaína.
Los resultados, publicados en la revista científica ‘Biomedicines’, identifican las estructuras implicadas y las vías neuronales que median en la recompensa y los comportamientos adaptativos y que se activan con la exposición repetida a la droga. Los investigadores esperan que el estudio pueda servir de base para el tratamiento de la drogadicción.
Utilizando modelos animales y un innovador análisis cuantitativo de imágenes en 3D de última generación, conocido como estereología, el equipo pudo identificar las zonas específicas del cerebro que se activan cuando éstas se exponen repetidamente a la cocaína.
Sus resultados muestran que la corteza prefrontal dorsomedial del cerebro (dmPFC), el núcleo accumbens (núcleo NAc) y la amígdala basolateral (BLA) participan tanto en la fase de desarrollo (inducción) como en la fase de expresión de las respuestas conductuales a la cocaína, mientras que el área ventral del tegumento mesencefálico (VTA) tiene mayor participación solo en la fase de inducción.
Los hallazgos indican que el consumo repetido de cocaína conduce al aprendizaje asociado, de modo que un individuo asocia el efecto eufórico promovido por la droga con el entorno en el que se consume. Como resultado, se establece un sistema de refuerzo, lo que significa que dos estímulos se asociarán con la elección o el deseo compulsivo de la droga. El entorno, por tanto, desempeña un papel clave en la activación y expresión de las respuestas conductuales a la cocaína.
La profesora Beatriz Longo, de la Universidad Federal de São Paulo, autora principal de este estudio, Renan Baldaia, primer autor del artículo, y Augusto Coppi, líder mundial en análisis cuantitativo de imágenes 3D y profesor de Anatomía Clínica Veterinaria en la Universidad de Bristol, afirman que “la comprensión de los cambios de comportamiento implicados en la drogadicción, así como la identificación de las estructuras cerebrales implicadas en tales comportamientos en modelos animales, abre posibilidades para nuevas herramientas terapéuticas e intervenciones en el tratamiento de la drogadicción”.
El equipo espera continuar su trabajo para identificar otras estructuras cerebrales implicadas en las respuestas conductuales a otras drogas, como el alcohol, la marihuana y la nicotina.
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