La medida llega después de más de mil días de obligatoriedad, y alrededor de un año más tarde que en el resto de Europa
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El transporte público ha sido testigo de la convivencia entre viajeros que se han quitado la mascarilla y otros que han decidido seguir protegiéndose, tras un cambio legal que llega después de más de mil días de obligatoriedad y alrededor de un año más tarde que en el resto de Europa, donde ya no queda ningún país que mantenga la prohibición.
El uso de las mascarillas no es obligatorio en los transportes públicos a partir de este miércoles, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la modificación del Real Decreto de 19 de abril de 2022 aprobada el pasado martes por el Consejo de Ministros.
Así lo anunciaron la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde destacaron que con esta medida se avanza en la “normalización” de la vida tras haber pasado “lo peor” de la pandemia.
No obstante, el panorama en la estación de Atocha ha tenido el mismo aspecto que el día anterior, cuando “la mayoría de la gente, aunque fuera obligatorio, no llevaba mascarilla”, ha explicado Mario, que acaba de bajarse de un tren de la Línea C-2, en declaraciones a Europa Press.
Viviana, que esperaba un tren en sentido Parla, considera que el cambio legal es “genial”. “Era lo que estábamos esperando hace mucho y es un alivio. Yo ya no lo soportaba”, ha asegurado a Europa Press.
En los andenes de Atocha, no todo el mundo estaba informado sobre la nueva norma. Marilyn, usuaria diaria de Cercanías, se ha enterado al ser preguntada. “Por una parte está bien, pero por otra no, por las personas mayores”, ha valorado en declaraciones a Europa Press antes de decidir que, aún con la nueva norma, seguirá llevándo la mascarilla.
Asimismo, una pareja de 71 años que esperaba a un tren en el andén 5, comparte las preocupaciones de Marilyn, al valorar, en declaraciones a Europa Press, que la mascarilla debería llevarse aún “por bastante tiempo”, al menos “hasta que se terminara la gripe”.
DIVERSIDAD DE OPINIONES
En el interior de un tren sentido Chamartín, también ha habido diversidad de opiniones. “Yo he decidido llevarla porque estoy viviendo con personas mayores”, ha apuntado Belén, mientras que para José “ya tocaba” porque “la realidad es que la gente ya no la llevaba”, han declarado ambos a Europa Press.
A pesar de quitarse la mascarilla en el transporte público, Iker, quien ha escuchado a José desde su asiento, opina lo mismo y ha añadido a Europa Press que la seguirá utilizando “en el médico, o en el hospital”, donde llevaría mascarilla “aunque no fuera obligatorio”.
Aunque el transporte público puede recibir a gente sin mascarilla, la flexibilización de su uso no se aplica en hospitales, centros de salud, clínicas dentales, centros de reproducción humana asistida, centros de interrupción voluntaria del embarazo y otros centros de atención especializada. También se tendrán que llevar al entrar en una farmacia y cuando se vaya a visitar a un residente de una residencia de ancianos y se esté en una zona compartida, o se sea un trabajador de este tipo de centros.
En el vestíbulo de la estación de Chamartín, Lucía, que esperaba a un tren recostada sobre su maleta, ha aclarado a Europa Press que ella lleva la mascarilla solo cuando tiene frío. Aunque le ha parecido que la medida puede ser perjudicial para los enfermos, considera que “ya era hora”.
Esperando a las puertas de un andén contiguo, a Mónica le parece que la medida es buena porque “tiene que irse normalizando la situación” a pesar de que ella llevaba una mascarilla. “Algunos la llevamos por razones especiales. Yo tengo que ir a ver a mi madre, que está enferma”, ha ahondado en declaraciones a Europa Press.
Cree que “cada uno debe ser responsable y consciente” de su situación, y “llevarla cuando realmente sea necesario”. “La pandemia nos deja una enseñanza: pensar en tu salud y en la de los demás”, ha resumido Mónica.
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