SEVILLA, 5 (EUROPA PRESS)
La Audiencia de Sevilla tiene fijado para este lunes el comienzo de un juicio con jurado popular, contra un conductor de un vehículo acusado de atropellar en agosto de 2019 a un peatón en Montellano, tras presuntamente haber ingerido bebidas alcohólicas, provocándole heridas de gravedad y huyendo a continuación del lugar sin comprobar el estado de la víctima, hechos por los que la Fiscalía reclama para el encausado cinco años y tres meses de cárcel.
La vista oral comenzará con la constitución del jurado popular, la presentación de las alegaciones previas por las partes y la declaración del acusado, tras lo que al día siguiente comparecerán los testigos y ya el día 8 de febrero los peritos, pesando no obstante la huelga convocada entre los letrados de la Administración de Justicia, que ha motivado la suspensión de cientos de juicios.
En su escrito de acusación, el Ministerio Público reclama para el acusado, Félix C.M., ahora a punto de cumplir 53 años de edad y ya con antecedentes penales, dos años y tres meses de prisión por un delito de omisión del deber de socorro y tres años de cárcel y cuatro años de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, con declaración de pérdida de vigencia del permiso de conducir, por un delito contra la seguridad vial en concurso con un delito de lesiones por imprudencia grave.
En concepto de responsabilidad civil, pide que el investigado -que estuvo en prisión provisional por esta causa desde el 4 de agosto hasta el 20 de septiembre de 2019- y la compañía de seguros de su vehículo, como responsable civil directa, indemnicen conjunta y solidariamente con 515.649,02 euros al perjudicado -de los que hay que descontar 50.000 euros ya consignados por la compañía de seguros- por las lesiones y las secuelas.
La Fiscalía relata en su escrito de conclusiones provisionales que, con anterioridad a las 6,00 horas del día 1 de agosto de 2019, el acusado, “tras haber estado en la feria de la localidad y haber ingerido tal cantidad de bebidas alcohólicas que habían menoscabado sus facultades para una adecuada conducción”, subió a bordo de su coche y circuló por Montellano para emprender el regreso a su domicilio, trayecto en el que colisionó con una furgoneta de una panadería que estaba detenida en el margen derecho de la calle, dejando su propietario “suficiente espacio para la circulación de los turismos mientras entregaba el pan a un vecino”.
A consecuencia de la colisión, el acusado se bajó de su coche y entabló una conversación con el propietario de la furgoneta en relación al siniestro, reanudando a continuación la marcha cuando era “plenamente consciente de que no se encontraba en condiciones apropiadas de volver a conducir”, resalta el Ministerio Público, que agrega que el conductor de la furgoneta “pudo apreciar en el transcurso de la conversación” que el encausado “circulaba con síntomas evidentes que permitían razonablemente presumir que se encontraba bajo la influencia de bebidas alcohólicas”.
SIN HUELLAS DE FRENADA
Entre las 6,10 y las 7,25 horas, y según el relato de la Fiscalía, el investigado circuló hasta llegar a la carretera de circunvalación de Montellano, de modo que, al llegar a la altura del kilómetro 1,100 y circulando desde el interior del municipio hacia el exterior, “como consecuencia de los excesos de la ingesta de bebidas alcohólicas que le impedían conducir con la debida seguridad, omitiendo las más elementales normas de atención y cuidado en la conducción, perdió el control del vehículo en un trazado curvo y atropelló” a la víctima, de 70 años y que se encontraba paseando por el margen izquierdo de la calzada portando un chaleco reflectante, lo que provocó que cayera al suelo con lesiones de gravedad.
El Ministerio Público pone de manifiesto que la presencia del peatón “debió ser advertida con suficiente antelación” por el investigado, “pues la vía es de trazado recto, con buen estado de conservación, sin obstáculos que impidieran la visibilidad”, ya que, “por la hora del accidente, la circulación peatonal era escasa, y hacía buen tiempo”, sin que “se hayan hallado huellas de frenada que evidenciaran que se intentó evitar el atropello”.
Una vez “embistió” al peatón, el acusado “no detuvo el vehículo para comprobar el estado en el que se encontraba, huyendo del lugar acelerando el vehículo” y dejando al perjudicado tumbado sobre la calzada, “desamparado y en peligro manifiesto y grave al presentar en aquel momento” una serie de lesiones que “provocaban una pérdida importante de sangre”, todo ello “unido a la circunstancia de que, por la hora en que ocurrió el atropello, no había tránsito regular de personas y/o vehículos”, por lo que la víctima “careció de asistencia de cualquier tipo durante un tiempo crucial con peligro para su vida, permaneciendo en desamparo hasta ser encontrado por vecinos de la localidad”.
Tras ello, el varón atropellado ingresó en un centro hospitalario y permaneció en la UCI durante 18 días hasta ser estabilizado, indica el Ministerio Público, que precisa que, el día 2 de agosto, el acusado depositó su vehículo en un taller ubicado en una localidad de Cádiz para la reparación de la luna delantera y del resto de daños localizados en la parte derecha del coche, “ocultando el hecho de la huida del lugar al depositar el vehículo en un taller sito en otra provincia y sin acudir a las autoridades policiales para manifestar lo sucedido”.
La víctima presenta actualmente un trastorno neurocognitivo mayor-grave, con fluctuaciones en la orientación espacio-tiempo, trastornos graves de la memoria y hemiparesia grave, habiendo perdido su autonomía personal para realizar casi la totalidad de actividades de la vida ordinaria, como asearse, vestirse, sentarse, levantarse y acostarse. En este sentido, requiere del uso de una silla de ruedas ligera propulsada por otra persona.
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