MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
Ocho de cada diez jóvenes y adolescentes españoles están “bastante o muy preocupados” por la salud mental, un extremo que alcanza a nueve de cada diez chicas; una realidad que los chavales vinculan con el hecho de que “nos han educado para competir en lugar de para cooperar entre nosotros”.
Estas son algunas de las conclusiones recogidas en la tercera edición del ‘Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia’, elaborado por Unicef y la Universidad de Sevilla, que la agencia de protección a la infancia de la ONU presentó este jueves en su sede de Madrid.
En el acto estuvieron presentes el director ejecutivo de Unicef España, José María Vera; el profesor de la Universidad de Sevilla y coautor del informe, Francisco José Rivera; la responsable de Políticas Locales y Participación de Unicef España, Silvia Casanovas, además de Clara, Lucía, José Ángel y Gorka, cuatro muchachos que han participado en el barómetro, el cual se elaboró contando con la participación de 208 centros educativos y 9.505 chicos y chicas con edades comprendidas entre 11 y 18 años.
José María Vera puso de manifiesto que “el derecho a la participación es un derecho central en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU y para Unicef es una piedra angular”, ya que resulta “muy difícil hablar del derecho a la salud, a la educación, de la protección de la salud mental sin contar con quienes estáis afectados por ello”.
En ese sentido, señaló que el barómetro representa “un buen instrumento para conocer vuestra satisfacción y vuestro estado de bienestar sostenible en el tiempo”.
En la misma línea, Francisco José Rivera atestiguó que “daros la voz debe ser una obligación social”, un aserto que le sirvió de prólogo para indicar que las preocupaciones de la sociedad oscilan según pasa el tiempo, como lo evidencia que en la primera edición del barómetro los adolescentes españoles mostraran su inquietud por la política, la economía y el medioambiente; y en el segundo sus preocupaciones las coparan la pandemia y sus derivadas socioeconómicas y educativas.
En la edición de este año, los jóvenes indicaron que sus preocupaciones más acuciantes son las siguientes: economía (26,2%), covid-19 (22,4%) e invasión rusa de Ucrania (9,8%). Sobre este particular, José Ángel comentó que “después de algo tan gordo como la pandemia, es normal que los adolescentes tengamos miedo, porque todos de alguna manera hemos vivido una pena”.
Por géneros, los chicos perciben en la sociedad una mayor preocupación por las políticas que las chicas; mientras que ellas son las que manifiestan más preocupación social por la educación en comparación con los chicos.
En cuanto a la edad, se aprecia un claro aumento de la preocupación por el trabajo y las perspectivas de futuro a medida que los chavales crecen, como lo atestigua que casi uno de cada diez adolescentes de 17 y 18 años está preocupados por esta cuestión.
Cabe reseñar que alrededor del 10% de los niños de 11 y 12 años perciben la contaminación y el medioambiente como la principal preocupación social, algo que Lucía juzgó como positivo, ya que evidencia una conciencia de “su futuro depende de ello”.
A su vez, nueve de cada diez muchachos se “muestran bastante o muy preocupados” por los abusos sexuales a la infancia, y ocho de cada diez lo hacen por la salud mental, una inquietud que alcanza a nueve de cada diez chicas.
Del mismo modo, el 39,8% manifiestan sentirse solos, siendo las chicas (6,5%) las que confiesan más este sentimiento en comparación con los chicos (4,2%). Al mismo tiempo, el 8,6% de las chicas afirma estar siempre triste frente al 3,5% de los chicos.
Sobre esta cuestión, Francisco José Rivera llamó a “romper el tabú de hablar de ella” y avanzó que el barómetro del año que viene estará centrado en ella, a lo que Clara añadió que “afecta mucho la competencia”, ya que “nos han educado para competir en lugar de para cooperar entre nosotros”.
POLÍTICA Y ASUNTOS SOCIALES
Por su parte, el 36,1% de los encuestados considera que la situación económica y política a nivel estatal es “mala y muy mala”, un guarismo que se reduce hasta el 29% en el ámbito municipal, algo que Gorka subrayó que se debe al hecho de que resulta más sencillo que en los pequeños municipios o en los pueblos se concreten las propuestas planteadas por los jóvenes.
En cuanto a las profesiones, los adolescentes valoran mejor la de banquero, modelo y deportivas, siendo la de político la que recibe una peor puntuación. Las chicas aprecian mejor que ellos a trabajos como la de modelo o escritora, mientras que los chavales con mayor nivel adquisitivo tienen mejor consideración hacia los trabajos vinculados con la banca y la justicia; esta última es vista con mejores ojos por quienes nacieron en España que por los que lo hicieron fuera.
Únicamente el 17,6% de los chavales de 11 a 12 años manifiesta su interés en hablar con su familia sobre asuntos sociales y políticos, pasando al 40,4% en el caso de quienes tienen 17 y 18 año.
ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
Por norma general, los encuestados arguyen que los trabajos pueden realizarlo tanto hombres como mujeres; sin embargo, destacan dos profesiones por mostrar estereotipos de género más marcados: policía, para la cual el 19,6% considera que es un trabajo exclusivamente de hombres; y el cuidado de niños, para la que el 20,9% cree que debería ser hecho “sólo o sobre todo” por mujeres.
El trabajo de limpieza es percibido por alrededor del 15% de la muestra como una tarea propia de mujeres, al igual que la enfermería; mientras que el 11% de los hombres señala que ser empresario es un trabajo de hombres.
Un 12% piensa que el hecho de ser dominante “sólo o sobre todo” debe suceder en hombres y un 9,5% considera que “sólo o sobre todo” hombres son los que deberían actuar como líderes.
Alrededor de uno de cada diez niños y adolescentes coinciden en indicar que expresar cariño abiertamente o intentar lucir un buen aspecto deberían encontrarse “sólo o sobre todo” en mujeres.
Por último, el hecho de actuar como líder es percibido como una cuestión masculina por seis veces más de chicos que de chicas, y el ser dominantes es percibido como un comportamiento propio de chicos por más del triple de éstos que de chicas.
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