LOGROÑO, 31 (EUROPA PRESS)
Un equipo de investigadores, dirigido Miguel Ángel Fano, profesor titular de Prehistoria en la Universidad de La Rioja, está estudiando los elementos de cambio y de continuidad registrados a lo largo de la transición Mesolítico-Neolítico en la región cantábrica.
La investigación comenzó en septiembre de 2021 y ha incluido trabajos arqueológicos de campo en Asturias y Cantabria, en el marco del proyecto ‘Hunters in Transition: The end of the Mesolithic in North Iberia (HunTran)’ (PID2020-112915GB-100), que está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (Convocatoria de Proyectos I+D+i 2020).
Los investigadores buscan definir, desde el punto de vista arqueológico, el final del Mesolítico en la costa cantábrica, con el objetivo de comprender el proceso que condujo a la desaparición del modo de vida cazador-recolector y al desarrollo de sociedades cuya economía comenzó a depender de la aplicación de las técnicas artificiales de producción de alimentos, la agricultura y la ganadería.
Esta investigación es posible gracias a la acción coordinada de un equipo internacional de investigadores, de carácter multidisciplinar, que posibilita la cooperación de distintas disciplinas, como la Geología, la Geografía, la Química, la Geoquímica, la Espectroscopía, la Genética, la Antropología física, así como distintas especialidades de la propia Arqueología (Geoarqueología, Tecnología lítica, Traceología, y Arqueozoología, entre otras).
El equipo está compuesto por 18 investigadores que trabajan en 14 centros de investigación de España, Portugal, Francia, Reino Unido, Alemania, y Sudáfrica. En el proyecto también colaboran otros 12 investigadores radicados en centros nacionales y extranjeros.
A través de este estudio se pretende dar solución a cuestiones no resueltas, como la del final de la “cultura Asturiense” o la relativa a la contemporaneidad de contextos aparentemente mesolíticos y neolíticos. También se requiere generar nuevas categorías de datos, esenciales para conocer con mayor precisión el proceso de cambio que supuso la adopción del modo de vida neolítico.
Los nuevos datos van a permitir evaluar el potencial reemplazo de poblaciones; los previsibles cambios en la movilidad; el probable ajuste de las estrategias seguidas para la explotación económica de los espacios litorales; o algo tan esencial como el tipo de actividades llevadas a cabo en los asentamientos correspondientes a la etapa estudiada.
La comprensión del proceso histórico de la neolitización en Europa requiere un conocimiento preciso de la variabilidad del mismo a nivel regional. El norte de Iberia se incorporó tarde a la investigación sobre la transición Mesolítico-Neolítico. Fue el rico y brillante Paleolítico regional el que atrajo el interés de los pioneros y también el de las generaciones posteriores de arqueólogos.
Hasta los años 1980 no se desarrolló en el Cantábrico una investigación específica sobre el tema. Las últimas décadas han supuesto un avance muy significativo en el conocimiento del proceso de cambio que condujo a la desaparición de las últimas sociedades de cazadores-recolectores y al desarrollo de una nueva realidad cultural. Esta circunstancia permite hoy planteamientos más ambiciosos, difíciles de concebir hace algunos años, como el de tratar de contrastar la hipótesis de la existencia de una “situación de frontera” en el norte peninsular, en la línea de lo observado en otros espacios europeos en los inicios del Neolítico.
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