MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Familiares y allegados de las víctimas de la explosión del puerto de Beirut de 2020 han exigido este sábado la dimisión del fiscal general del país, Ghasán Ueidat, quien esta semana decidió poner en libertad a todos los detenidos en el caso e imputar al juez instructor Tarek Bitar para evitar “un derramamiento de sangre”.
Los aproximadamente sesenta manifestantes concentrados ante el Palacio de Justicia de Beirut no han aceptado estas declaraciones y han pedido la dimisión o la destitución inmediata del fiscal, quien se ha negado a procesar a sospechosos tan destacados como el entonces director general de la Seguridad del Estado, Tony Saliba, o al entonces primer ministro Hasán Diab.
“Este hombre lleva obstaculizando la investigación desde hace dos años y esta última decisión ha sido vergonzosa”, ha lamentado uno de los concentrados al diario ‘L’Orient le Jour’.
La capital libanesa se encuentra en estado de máxima alerta ante otras dos concentraciones convocadas para este sábado a favor y en contra del fiscal general y de las que las familias han preferido desvincularse para no inflamar todavía más la situación.
De hecho, las propias familias han conseguido impedir que a la concentración de este sábado ante el Palacio de Justicia se sumaran “llamamientos sospechosos” procedentes de fuentes no autorizadas con el propósito de “incitar a la violencia”.
De momento, el Ejército libanés ya ha cerrado el paso en varios barrios, en particular Shiyah, Ain el Remane y Tayune, que ya fueron escenario el año pasado de fuertes enfrentamientos, informa el portal de noticias Naharnet.
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