MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La Justicia de Mauritania ha iniciado este miércoles el juicio contra el expresidente Mohamed Uld Abdelaziz, acusado de presunta corrupción, blanqueo de capitales y enriquecimiento ilícito durante sus diez años de mandato.
La Policía mauritana arrestó el martes a Uld Abdelaziz, quien ha pasado la noche detenido en un lugar desconocido para así garantizar su presencia en la apertura del juicio, según recoge la emisora Radio France Internationale.
De hecho, los abogados defensores de Uld Abdelaziz han denunciado que el arresto del exmandatario se llevó a cabo “sin notificación de ninguna orden emitida por un juez”, por lo que consideran que “la Policía política está decidida a humillar” al expresidente.
Esta postura ha sido defendida también por la propia familia de Uld Abdelaziz, como es el caso de su hija, Asma Abdelaziz, quien ha puesto en duda las razones por las que “de más de 300 personas implicadas en el caso”, el expresidente ha sido “el único en ser encarcelado”.
El exmandatario fue imputado en marzo de 2021 por corrupción junto a otras diez personas, entre ellas dos ex primeros ministros y varios exministros, en el marco de una investigación por delitos presuntamente cometidos durante su periodo como presidente del país africano.
Ahora, tras más de dos años de procedimientos legales y jurídicos, Uld Abdelaziz se enfrentará finalmente a la Justicia en el que, según el presidente de abogados estatales, Maitre Brahim Ould Ebety, se trata de la primera ocasión en el que un presidente es juzgado por corrupción.
De acuerdo con Uld Ebety, las pruebas analizadas demuestran que Uld Abdelaziz se aprovechó de su cargo para “apoderarse de un importante patrimonio inmobiliario” y prevaricó para “intervenir en contratos públicos”; mientras que su hijo hizo uso de una ONG para blanquear dinero.
De acuerdo con los fiscales, el patrimonio del expresidente aumentó considerablemente a lo largo de sus diez años de mandato, alcanzando un valor de 67 millones de euros en marzo de 2021.
Uld Abdelaziz, quien accedió a la Presidencia mauritana tras ganar las elecciones en 2009 –un año después de encabezar un golpe de Estado y presidir el Alto Consejo de Estado durante un periodo de transición–, abandonó el cargo en 2019, tras la victoria de Mohamed Uld Gazhuani, su antiguo ‘delfín’ y a quien apoyó en los comicios.
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