MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Las ONG ambientales ven “carencias importantes” y un planteamiento “insuficiente” y “desarrollista” en la planificación hidrológica de 12 demarcaciones para el periodo 2023-2027 que ha sido aprobada este martes en el Consejo de Ministros y que España remitirá a la Comisión Europea con un año de retraso.
Al respecto, el portavoz de Ecologistas en Acción Santiago Martín Barajas ha explicado en declaraciones a Europa Press que en el Consejo Nacional del Agua la ONG votó en contra de la mayoría de los planes hidrológicos (y se abstuvo ante los del Cantábrico y el de Melilla) porque “varios de ellos todavía” mantienen posiciones desarrollistas como la construcción de grandes infraestructuras hidráulicas de gran impacto ambiental y que carecen de utilidad como en el Duero y el Guadalquivir, y otros planean incluso la creación de “decenas de miles de hectáreas” de nuevos regadíos, caso del Duero y del Ebro.
Además, Martín Barajas ha avisado de que los caudales ambientales mínimos establecidos para la gran mayoría de las masas de agua son “insuficientes” para mantener el buen estado de los ríos pero, entre todos ellos destaca los del Ebro, el Duero y el Gudalquivir.
Por otro lado, afirma que los caudales ecológicos fijados son “claramente insuficientes” y en el caso del río Tajo, a su paso por Aranjuez, plantea una progresión en su aplicación, algo que a su juicio, “no puede ser”.
“Están condicionando los caudales a otros usos del agua, algo que es ilegal, porque el caudal ecológico no son un uso, sino una restricción previa al resto de usos”, ha valorado.
En la misma línea WWF ha lamentado las “carencias importantes” de los 12 planes hidrológicos para 2023-2027 aprobados este martes en el Consejo de Ministros que, en su opinión, no dan agua suficiente a la naturaleza y porque mantienen la presión sobre unos recursos hídricos con problemas de escasez.
Igualmente califica de “insuficientes” los avances de la nueva planificación frente al cambio climático porque no ha recogido la gestión de la incertidumbre en la asignación del agua, teniendo en cuenta los diferentes escenarios que apuntan a una reducción de aportaciones de agua.
La ONG destacado que los planes hidrológicos aprobados con casi un año de retraso recogen, sin embargo, medidas para cumplir los objetivos de política ambiental y de agua que exige la Unión Europea como la previsión de eliminación de un “buen número de embalses” que califica de “inviables” desde el punto de vista social, económica y ambiental.
Del mismo modo, reconoce que la nueva planificación incluye avances en varios aspectos, sin embargo avisa de que no se garantiza que antes de 2027 se puedan cumplir los objetivos para alcanzar el buen estado ecológico de todas las masas de agua que debían haberse logrado en 2015.
Por ello, considera que su cumplimiento dependerá del compromiso de este y de los futuros gobiernos con los ecosistemas acuáticos, de la dotación de suficientes recursos financieros y humanos a las administraciones responsables para transitar, de manera justa y decidida, hacia una transición hidrológica adaptada a la crisis climática.
La ONG celebra los “avances” para comenzar con la restauración ambiental de espacios emblemáticos como Doñana o el Mar Menor, que siguen amenazados por la sobreexplotación y el uso ilegal del agua y los programas de medidas que incluyen la restauración ecológica de ríos y zonas húmedas.
También elogia las inversiones previstas “muy significativas” para afrontar los problemas de depuración de aguas residuales urbanas o la reducción de la contaminación difusa de origen agrario.
Mientras, el portavoz de agua de Greenpeace, Julio Barea, ha celebrado en declaraciones a Europa Press que “por fin” se han definido caudales ecológicos, una reclamación “importante” y desde hace años de la ONG, que también celebra que se establezcan partidas dedicadas a restauración y depuración, que eran otras “asignaturas perdidas” y por las que España estaba sancionada con multas millonarias.
Si bien, duda de que los más de 22.000 millones de euros que contempla la planificación hidrológica sean suficientes para alcanzar los objetivos completos para este lustro, hasta 2027. “Los planes están para cumplir la directiva marco del agua, pero queda mucho por hacer y la planificación contempla muchas excepciones. Veremos”, ha manifestado Barea.
El experto de Greenpeace ha insistido en la importancia de que las masas de agua alcancen buen estado, sobre todo las subterráneas porque según varios informes de la ONG más de la mitad de ellas están en mal estado por lo que vaticina que no van a poder cumplir a tiempo con lo que fija la Directiva. “Es preocupante. Además se habla de abastecimiento, lo que podría incluir embalses, trasvases y de todo. Esperemos que no sea así”, ha confiado.
Respecto a la posición crítica de los regantes de Levante, el portavoz de Greenpeace considera que están “muy manipulados políticamente” porque sabían que “tarde o temprano el trasvase se tenía que terminar”. De hecho, Barea ha afirmado que la ONG aseguró que 2017 que se podría haber acabado con el acueducto Tajo-Segura en 2020 con los propios recursos del Segura.
En ese sentido, denuncia que el regadío ilegal no ha dejado de crecer pero recuerda que no todos los regantes y agricultores de Murcia viven del agua del trasvase. “Hay una mafia del agua, con muchos intereses económicos y políticos para mantener el déficit hídrico irreal. No interesa que se les corte la tubería porque mercadean con el agua”, ha advertido Barea que avisa de que estos grandes regantes “se están cargando al pequeño agricultor que está en peligro de extinción” al no poder competir con grandes explotaciones agrícolas.
Para Greenpeace es preciso cambiar la política de agua hacia una filosofía más hidrológica y no tan hidráulica; acabar con la mafia del regadío ilegal, con la contaminación del agua y replantearse la agricultura que es posible tener.
En este contexto, WWF demanda mantener los caudales medios en los ríos para garantizar sus necesidades hídricas porque en su opinión esta es la “única forma de asegurar un reparto racional de los recursos y cumplir con las demandas del resto de usuarios” y es “esencial” para la conservación de los espacios protegidos como la Red Natura 2000.
Finalmente, ve que queda un “largo camino por delante” para que las iniciativas se transformen en un régimen de caudales ecológicos, con todas sus componentes, que sirvan para garantizar la buena salud de los ríos y humedales, así como de la gran biodiversidad endémica que depende de ellos.
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