MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
Un equipo de científicos de la Universidad de Granada (UGR) presentó este miércoles una serie de pruebas que evalúan reintentos futuros de suicidio en adolescentes en riesgo, es decir, en aquellos que hayan realizado autolesiones previas o intentos de suicidio anteriores o en los que se prevea una alta vulnerabilidad suicida por acoso escolar.
El mecanismo de evaluación está compuesto por 18 preguntas en total que “miden la resiliencia al reintento futuro de suicidio” a través de tres ámbitos que son la protección interna, estabilidad emocional y protección externa, señaló la UGR en un comunicado.
Según los científicos, existe una serie de factores que son fundamentales para evitar el suicidio, tales como “el optimismo, la esperanza, el control de impulso o la protección externa, como habilidades sociales”. Este instrumento, denominado SRSA-18 adolescentes, se puede aplicar en centros educativos y sanitarios, y también existe una versión para adultos.
“Al ser pruebas de cribado basadas exclusivamente en factores de protección (no de riesgo), el adulto o adolescente no sabe que se le está preguntando sobre intentos futuros, porque no aparece en ninguna pregunta nada relacionado con suicidio o tentativas, lo que resulta más útil para su aplicación en contextos escolares o institutos y no solo en ámbitos hospitalarios o clínicos”, subrayó David Sánchez Teruel, profesor de la UGR.
El suicidio es la tercera causa de muerte no accidental en el mundo y la cuarta causa de muerte en adolescentes y jóvenes. Además, el equipo investigador señaló que recientes estudios sobre 628 adolescentes españoles (entre 13 y 18 años), con lesiones o tentativas suicidas previas, han detectado que existen factores específicos que protegen a esta población, minimizando el efecto negativo de los factores de riesgo y potenciando la resiliencia en estas edades.
Por su parte, el profesor Sánchez Teruel insistió en que existe un excesivo interés sobre la detección de factores de riesgo como el acoso escolar, los problemas de salud mental, los problemas de interacción o las experiencias adversas en la infancia, entre otros. “Sin embargo, a fecha actual ninguno de estos factores de riesgo ha conseguido ser clave para la prevención de lesiones futuras o reintentos más graves de suicidio en estas edades tempranas”, concluyó.
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