MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
Aunque los humanos han estado evolucionando durante millones de años, los últimos 12 milenios han sido de los más dinámicos e impactantes para la forma en que vive actualmente la humanidad.
“Nuestro mundo moderno comenzó con la llegada de la agricultura”, apuntó Clark Spencer Larsen, profesor de antropología en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) y autor principal de un estudio publicado este lunes en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
Larsen añadió que “el cambio de la búsqueda de alimento a la agricultura cambió todo”. Junto con los cultivos alimentarios, los humanos también comenzaron a plantan las semillas de muchos de los problemas más molestos de la sociedad moderna.
“Aunque los cambios provocados por la agricultura nos trajeron mucho bien, también generaron un aumento de los conflictos y la violencia, niveles crecientes de enfermedades infecciosas, reducción de la actividad física, una dieta más limitada y más competencia por los recursos”, señala.
El estudio incluye ocho artículos basados principalmente en bioarqueología, esto es, el estudio de los restos humanos y lo que pueden decir a los científicos sobre los cambios en la dieta, el comportamiento y el estilo de vida durante los últimos 10 milenios aproximadamente.
Un mensaje que conecta todos los artículos es que los principales problemas sociales de hoy tienen raíces antiguas. “No llegamos a donde estamos ahora por casualidad. Los problemas que tenemos hoy en día con la guerra, la desigualdad, las enfermedades y las dietas deficientes, todos resultaron de los cambios que ocurrieron cuando comenzó la agricultura”, indica Larsen.
SEDENTARISMO
El cambio de la búsqueda de alimento a la agricultura llevó a los humanos, que habían llevado una vida mayormente transitoria, a crear asentamientos y vivir una existencia mucho más sedentaria. “Eso ha tenido profundas implicaciones para prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas en ese entonces, ahora y en el futuro”, recalca.
El cultivo de alimentos permitió que la población mundial creciera de unos 10 millones en el Pleistoceno posterior a más de 8.000 millones de personas en la actualidad.
Pero esto tiene un coste. La dieta variada de los recolectores fue reemplazada por otra mucho más limitada de plantas y animales domesticados, que a menudo tenían una calidad nutricional reducida. Ahora, gran parte de la población mundial depende de tres alimentos (arroz, trigo y maíz), especialmente en áreas que tienen acceso limitado a fuentes animales de proteína, según Larsen.
LÁCTEOS
Otro cambio importante en la dieta de los humanos es la adición de lácteos. Los investigadores examinaron los cálculos dentales encontrados en los restos para mostrar que la evidencia más temprana de consumo de leche data de hace unos 5.000 años en el norte de Europa.
“Esta es evidencia de que los humanos se adaptaron genéticamente para poder consumir queso y leche, y sucedió muy recientemente en la evolución humana”, subraya Larsen, antes de agregar: “Muestra cómo los humanos se están adaptando biológicamente a nuestro nuevo estilo de vida”.
A medida que la gente comenzó a crear comunidades agrícolas, también ocurrieron cambios sociales. Larsen fue coautor de un artículo que analizó los isótopos de estroncio y oxígeno del esmalte dental de las primeras comunidades agrícolas de hace más de 7.000 años para ayudar a determinar de dónde eran los residentes.
Los resultados mostraron que Çatalhöyük (actual Turquía) era la única de varias comunidades estudiadas donde aparentemente vivían personas no locales. “Esto estaba sentando las bases para el parentesco y la organización comunitaria en las sociedades posteriores de Asia occidental”, añade Larsen.
Estas primeras comunidades también se enfrentaron al problema de que muchas personas vivían en áreas relativamente estrechas, lo que generaba conflictos.
VIOLENCIA
Por otro lado, los investigadores, que estudiaron los restos humanos en las primeras comunidades agrícolas de Europa occidental y central, encontraron que alrededor de un 10% murió a causa de lesiones traumáticas. “La violencia en la Europa neolítica era endémica y aumentaba, lo que resultó en patrones de guerra que provocaron un número creciente de muertes”, explica Larsen.
La investigación también revela cómo estas primeras comunidades humanas crearon las condiciones ideales para otro problema que ocupa un lugar destacado en el mundo actual: las enfermedades infecciosas. La crianza de animales de granja condujo a las enfermedades zoonóticas comunes que pueden transmitirse de los animales a las personas, según Larsen.
CRISIS CLIMÁTICA
Si bien la actual crisis climática es única en la historia de la humanidad, las sociedades del pasado han tenido que lidiar con más desastres climáticos a corto plazo, en particular sequías prolongadas.
Los investigadores señalaron que la desigualdad económica, el racismo y otros tipos de discriminación han sido factores clave en la forma en que a las sociedades les ha ido en estas emergencias climáticas. Aquellas comunidades con más desigualdad tenían más probabilidades de experimentar violencia a raíz de los desastres climáticos.
Lo más sorprendente sobre todos los cambios documentados en el estudio es la rapidez con que ocurrieron. “Cuando miras los aproximadamente seis millones de años de evolución humana, esta transición de la búsqueda de alimento a la agricultura y todo el impacto que ha tenido en nosotros, todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos”, apostilla Larsen, quien sentencia: “En la escala de la vida humana, puede parecer mucho tiempo, pero en realidad no lo es”.
La investigación también muestra la asombrosa capacidad de los humanos para adaptarse a su entorno. “Somos criaturas notablemente resistentes, como lo han demostrado los últimos 12.000 años”, comenta Larsen, antes de concluir: “Eso me da esperanza para el futuro. Continuaremos adaptándonos para encontrar formas de enfrentar los desafíos y encontrar formas de tener éxito. Eso es lo que hacemos como humanos”.
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