MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) ha reivindicado, con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se celebra este viernes 13 de enero, que las oficinas de farmacia son “un pilar en la detección, tratamiento y concienciación contra la depresión”.
La depresión es un problema de salud mental que afecta de manera global a la persona que lo padece, cerca del 4 por ciento de toda la población, pero que también tiene graves repercusiones sociales.
En el caso de España, esa incidencia también se sitúa en torno al 4 por ciento de la población (2 millones de personas aproximadamente), siendo más frecuente entre las mujeres, aumentando su prevalencia con la edad y alcanzando el pico máximo alrededor de los 65 años.
Actualmente se asume que no existe una causa única de este trastorno, sino que se trata de una enfermedad en la que concurren una serie de factores ambientales y biológicos.
Además, generalmente, se puede identificar al menos un factor desencadenante relacionado con la experiencia vital del individuo como situaciones continuadas de estrés y ansiedad, de lo que tenemos amplios ejemplos de lo vivido durante la pandemia, o una situación socioeconómica precaria, como ocurre en las grandes crisis económicas.
La depresión se caracteriza por una serie de síntomas, entre los que predominan la tristeza, el pesimismo y la anhedonia o incapacidad para sentir placer, alegría o interés en situaciones que habitualmente producían estos sentimientos.
Estas manifestaciones, unidas a la dificultad para la concentración, las alteraciones del sueño (tanto insomnio nocturno como fatiga o somnolencia durante el día), o los sentimientos de culpa, impactan en el desempeño cotidiano de la persona en el ámbito familiar, social y laboral.
Las manifestaciones más extremas de estos síntomas son la ideación suicida y el intento de suicidio, que ha llegado a convertirse en la principal causa de muerte externa en España.
En este contexto, desde el CGCOF defienden que la profesión farmacéutica tiene “un firme compromiso en la lucha contra la depresión, especialmente en su detección temprana, en el apoyo a los pacientes durante su tratamiento, y en la concienciación de la sociedad sobre su incidencia, causas y efectos”.
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