ALMERÍA, 11 (EUROPA PRESS)
Dos de los cuatro integrantes del clan de ‘Los Minos’ acusados de asesinar a un vecino de Gádor (Almería) en mayo de 2019 han reconocido haber efectuado disparos “al suelo”, “al aire” y contra una furgoneta tras haber mantenido una “discusión” contra la víctima que, según han indicado, se inició después de que el vecino comenzara a “renegar” a causa del cumpleaños que se estaba celebrando en la urbanización ubicada junto a la calle Ossetia del Norte.
I.F.S., quien se enfrenta hasta 42 años de prisión por un delito de asesinato, otros dos de asesinato en tentativa y otro de depósito de armas, ha manifestado durante su declaración ante el tribunal con jurado que se celebra en la Sección Tercera haber efectuado varios disparos con un rifle que encontró en el armario de su padre y con el que se dirigió hacia el vecino.
“Me asusté tanto que disparé a la furgoneta, no disparé a matar”, ha afirmado el acusado, quien en ese momento se encontraba detrás de su progenitor, el cual ha afirmado que tanto la víctima como él se apuntaron directamente entre sí con distintas armas, en su caso, con un revólver con el que, durante la huida, habría efectuado al menos “dos disparos” al aire.
El acusado ha afirmado que los primeros dos disparos “intimidatorios” hacia la furgoneta los hizo “sin intención de matar”, si bien, conforme a su relato, la víctima retrocedió posteriormente. Fue durante la huida del lugar cuando realizó nuevos disparos “al suelo”, momento en el vio como su vecino “dejó de disparar”.
Según ha detallado, mientras que se dirigía hacia el descampado donde se encontraban los vehículos situado en la loma ubicada al final de la calle seguido por su padre, el hermano de la víctima mortal corrió tras él armado. “Yo disparé sin mirar atrás pero hacia el suelo”, ha asegurado en relación a este segundo episodio en el que el hermano del fallecido sufrió un tiro en el glúteo.
Tras estos disparos, I.F.S. y su padre huyeron en dos coches distintos en los que también iban los otros dos acusados, quienes en el momento de desencadenarse los hechos no habrían estado en la escena del crimen, según las versiones que han ofrecido. Ellos, según han narrado, salieron a la calle posteriormente al escuchar los primeros disparos, de modo que al menos uno de los dos también iba armado.
Durante la marcha hacia el barrio de Pescadería, en la capital almeriense, I.F.S. ha confesado que disparó nuevamente el arma que llevaba tras cruzarse en la vía con otro hermano de la víctima mortal, quien se dirigía en su vehículo hacia el pueblo. “Noté como que iba a colisionar contra nosotros, por lo que saqué el arma por la ventana y solté un disparo al aire. Mi intención no era hacerle daño a nadie”, ha dicho ante el disparo que presuntamente hirió a la copiloto de vehículo.
Los acusados han afirmado que la víctima mantenía malas relaciones con todos los vecinos de la calle, si bien ese día, conforme al relato de A.F.R., padre del resto de acusados, la disputa se inició después de que acudiera a pedirle explicaciones por sus protestas ante la celebración de un cumpleaños familiar. El hombre ha dicho que se dirigió a su vecino con un arma que cogió de su coche, una nueve milímetros, porque la víctima “llevaba un rifle”.
“Bajé para hablar con él y me diera explicaciones de por qué se metía con nosotros. Dijo que le teníamos harto”, ha explicado el acusado, quien ha explicado que ambos fueron “alzando la voz” hasta que su vecino “se echó para atrás, cogió la escopeta” y se fue hacia él. “Yo saqué mi arma, nos estábamos apuntando los dos”, ha añadido.
Así, ha narrado que en ese momento fue cuando se incorporó su hijo I.F.S., quien posteriormente se entregaría a las autoridades mientras que el resto de su familia huía a Figueras (Gerona), armado con la escopeta y “disparó a la furgoneta sin intención de hacer daño”.
Los otros dos acusados han negado estar presentes en el momento en el que se iniciaron los disparos ya que ambos se encontraban en sus respectivas viviendas cuidando de varias plantaciones de marihuana que tenían, según han aludido, y por las que se sigue un segundo procedimiento judicial.
Así, uno ha explicado que cogió una pistola desmontada y munición con la que salió hasta la puerta de su casa, si bien desde el porche inició la huida con el resto de sus familiares hacia los coches, por lo que durante el camino perdió el cargador “sin detonar”. El segundo, que también salió a la calle ante los disparos, se subió en uno de los vehículos con su hijo y otros familiares para abandonar la escena.
Los acusados han confirmado que poseían armas en sus viviendas a raíz de un intento de robo de estupefaciente que sufrieron en 2015, si bien han negado que días antes del crimen se dirigieran con una tercera persona hasta una armería de Alhama de Almería para adquirir varios rifles con los que, según sostiene la Fiscalía, llevar a cabo el asesinato.
Frente a las versiones exculpatorias ofrecidas por los acusados, durante la primera jornada de declaraciones uno de los testigos –excuñado de los tres hermanos y el conductor de uno de los dos vehículos– ha afirmado que él presenció como A.F.R. fue el primero en disparar contra su vecino, a “uno o dos metros” de distancia, aunque falló y dio en la furgoneta, de modo que después el arma se encasquilló.
Así, y según su versión, fue I.F.S. quien disparó varias veces contra el hombre, quien estaría desarmado en ese momento, a la altura del costado, antes de que todos ellos huyeran del lugar, mientras que se producían nuevos disparos cuyo origen no ha podido concretar, ya que los tres hermanos y el padre iban provistos de armas, según ha incidido.
Igualmente, ha apuntado que I.F.S. iba en la parte trasera del vehículo que él conducía cuando se toparon en la carretera con el hermano del fallecido en un cruce de semáforos, donde “cada uno estaba parado” en sentidos contrarios. “Sacó la escopeta por la ventana y disparó”, ha explicado antes de puntualizar que el coche circulaba a una velocidad “normal”.
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