Esta versión contemporánea de la ópera de Purcell apuesta por narrar “las emociones” con la danza y contará con un preludio
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El amor de ‘Dido y Eneas’, obra primordial de la historia de la música inglesa firmada por Henry Purcell, llega a Teatros del Canal con el estreno absoluto el próximo 17 de enero de una versión “más íntima” y de una intensidad emocional “increíble” en la que música, danza y canto contarán la tragedia de “tres maneras” complementarias.
El director del conjunto orquestal Les Arts Florissants, William Christie, y la directora de Teatros del Canal y coreógrafa, Blanca Li, se han aliado en esta versión contemporánea del clásico de Purcell, que contará otras cuatro funciones los días 18, 20, 21 y 22 de enero. Se trata de la segunda colaboración entre ambos, después de la producción de ‘Les Indes Galantes’, dirigida por Andrei Serbio para la Ópera de París en 2005.
Christie, quien ha llegado a representar esta obra con su conjunto una decena de veces, propuso hace un año y medio a Li trabajar juntos en la propuesta, lo que ha supuesto un “reto maravilloso” al tratarse de de una ópera de “belleza inigualable” que tiene como “esencia” su corta duración, según ha destacado la coreógrafa este martes en declaraciones recogidas por Europa Press durante la presentación de espectáculo.
Es una propuesta “de una intensidad increíble de emociones, donde todo funciona”, ha aseverado también Li, quien, ante la oferta de Christie, apostó por trabajar la obra como una “ópera ballet” donde la “esencia de las emociones” se narra con la danza: “Es un trabajo donde los cantantes interpretan a los personajes y los bailarines evocan las emociones y sentimientos de esos personajes. La danza no es narrativa”.
Al respecto, ha precisado que la obra se cuenta “todo el rato de tres maneras”, “de forma simultánea”, a partir de la música, el canto y la danza. “Cada una cuenta la historia desde un punto diferente”, pero son “complementarias”, ha puntualizado.
UN ESCENARIO LLENO PERO EN “ARMONÍA”
Li también ha priorizado un escenario en el que todas las partes estuvieran presentes: cantantes, bailarines, orquesta y coro. Evitar el desorden en las tablas por esta decisión ha supuesto para la “gran dificultad” de la propuesta, en la que finalmente se ha logrado “armonía y equilibrio”, “que todo tenga un sentido”, ha asegurado.
La escenografía es otro de los puntos diferenciadores de esta versión, pues se trata de una instalación de obras creadas por la artista Evi Keller para este espectáculo. En concreto, ha creado una especie de “velos” o “películas transparentes”, a partir de la mezcla de muchos materiales.
Según ha apuntado la artista, se trata de un tipo de instalación a la que denomina “material de luz” porque se centra en la “transformación que hace la luz con la materia”. “La luz lee y toca la partitura”, ha señalado, para detallar que los tres personajes principales, Dido, Eneas y Belinda, que cuentan con un vestuario especial, se fusionan con los velos “en un juego de aparición y desaparición”.
El resultado de todo esto es, según ha subrayado Li, una propuesta “completamente diferente”, por ejemplo, a la que acogió el Teatro Real hace tres años. “Esta ópera es más íntima y para mí lo más importante es que hay unas emociones muy universales. La temporalidad de la obra no importa en absoluta”, ha agregado.
Para compensar la brevedad de la obra, que dura solo 50 minutos, se ha añadido un preludio en el que se interpreta otra obra de Purcell, ‘Celestial music’, una elección que invita a “entrar” en la historia de Dido y Eneas porque es barroca, alegre e introduce al amor y la pasión, como ha indicado la coreógrafa, quien ha defendido que se han tratado ambas obras como si fuesen la misma.
Por su parte, Christie ha situado ‘Dido y Eneas’ como una de las “diez experiencias más importantes” de su carrera, un “fenómeno por ser de un tiempo muy corto para una obra lírica”, lo que deriva en una “concentración impresionante de energía y emoción”.
“¿Qué podrían haber hecho en solo 50 minutos otros compositores como Wagner?”, ha cuestionado el director de orquesta, quien está relacionado desde hace 75 años con la obra escrita por Purcell con libreto de Nahum Tate a partir de su obra ‘Brutus of Alba or the enchanted lovers’ y del libro IV de ‘La Eneida’, que el poeta latino Virgilio escribió en el siglo primero antes de Cristo.
LA MÚSICA EN IMÁGENES, “PODEROSA”
Asimismo, Christie ha sentenciado que la “riqueza” de esta obra se encuentra en ser una “obra bailada”, donde en varias partes “no se canta y se deja espacio a la danza”: “La ópera es algo extraordinario porque es una música que se escucha, pero también vemos la música. La música que se convierte en imágenes es muy poderosa. Por eso, mis mejores recuerdos de esta obra son las representaciones que he hecho en colaboración con coreógrafos”.
Por otro lado, ha defendido que en esta versión el actor que interpreta a Eneas, Renato Dolcini, se meta también en el papel de la Hechicera pese a ser varón. A su juicio, es una decisión “valiente” porque el fenómeno de que un hombre tenga un papel de mujer en la ópera era lo habitual en la época barroca.
El resto del reparto lo componen Lea Desandre, en el papel de Dido; Ana Vieira Leite, en el de Belinda; Maud Gnidzaz, en el de primera bruja; Virginie Thomas, en el de segunda bruja, y Jacob Lawrence, en el de marinero.
El montaje es una coproducción de Teatros del Canal, Théâtre Impérial de Compiègne, Château de Versailles Spectacles, Gran Teatre del Liceu y Les Arts Florissants y con la colaboración del Teatro Real, cuyo director artístico, Joan Matabosch, ha destacado que se trata de una obra “poliédrica” que puede ayudar a “seducir al público” más joven, como se vio en el éxito de la producción dirigida por Rafael R. Villalobos y concebida específicamente para jóvenes que se emitió en colegios y cines en 2018.
Matabosch también ha celebrado que se trata de la tercera colaboración del Teatro Real con Teatros del Canal tras las óperas ‘Diálogos de Tirant y Carmesina’ y ‘Orphée’. Tras su estreno en Teatros del Canal, ‘Dido y Eneas’ se exhibirá en febrero en el Théâtre Impérial-Opéra de Compiègne, en marzo en la Opéra Royal de Versailles y en junio en el Liceu de Barcelona.
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