MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La selección española masculina de balonmano intentará volver a luchar por las medallas en una gran cita internacional como es el Campeonato del Mundo que acogen desde este miércoles Polonia y Suecia y que reparte el primer billete olímpico.
Dos candidatas a estar en la pelea por el podio como son la anfitriona Polonia y Francia serán las encargadas de abrir este miércoles una cita en la que los ‘Hispanos’ debutarán un día más tarde y con la esperanza de ser una vez más protagonista como ha hecho en los últimos años.
España acude como una de las rivales a batir en un campeonato en el que las verdaderas dificultades se esperan a partir de la Ronda Principal. Desde que se proclamó campeona de Europa en 2018, sólo se ha bajado del podio en el Mundial de 2019 (séptima) y ha sumado otro título continental (2020) y un segundo puesto (2022), y dos terceros puestos, en el pasado Mundial de Egipto y en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Una regularidad al alcance de pocos combinados nacionales y que evidencia una vez más el buen trabajo, sobre todo el que lleva Jordi Ribera desde su llegada en 2016. Ahora, el reto es intentar estar una vez más en la terna por la victoria, que en este caso tiene premio añadido ya que envía al campeón directamente a París. Si no, antes de volver a probar suerte en el Europeo de 2024, asegurar al menos un Preolímpico.
El camino de los ‘Hispanos’, doble campeones mundiales (2005 y 2013) y que jugarán en Cracovia las dos primeras fases, parece relativamente ‘fácil’ en la primera, en la que ha quedado encuadrado en un grupo donde el rival más duro es precisamente el del estreno, Montenegro, de la que ya ha advertido el seleccionador de su peligro, sobre todo por ser el primer encuentro.
Chile e Irán, en teoría, deberían ser rivales más asequibles de cara a pasar con pleno de puntos a una segunda fase donde el nivel se eleva mucho ya que cruza a la actual subcampeona de Europa con el grupo de Polonia, Francia y la invitada Eslovenia y sólo pasarán dos a los cuartos de final.
Para afrontar este torneo, Ribera ha contado con gran parte del bloque con el que estuvo a punto de conquistar el triplete continental el año pasado y con 13 jugadores que repiten de aquella cita (Rodrigo Corrales, Gonzalo Pérez de Vargas, Gedeón Guardiola, Ángel Fernández, Ferrán Solé, Joan Cañellas, Jorge Maqueda, Ian Tarrafeta, Agustín Casado, Adriá Figueras, Iñaki Pecina, Kauldi Odriozola y Miguel Sánchez-Migallón).
Además, aunque el técnico catalán ha tenido bajas sensibles en los extremos por las ausencias por lesión de Aleix Gómez, clave en los últimos éxitos, y Aitor Ariño, recupera a dos piezas claves que no tuvo en el Europeo como son los hermanos Alex y Dani Dusjhebaev, con el primero fortaleciendo la primera línea donde también aparece una de las dos novedades como es Imanol Garciandia. La otra es el extremo Dani Fernández.
Con estos mimbres, España intentará volver a pelearse con las grandes potencias del balonmano lideradas por Dinamarca, que busca un histórico triplete tras dominar las dos últimas ediciones. Además de Francia, las dos anfitrionas, con Suecia como actual campeona de Europa, Noruega y Alemania parten también con opciones.
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