MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La Embajada de Estados Unidos en Cuba ha informado este miércoles de que ha reanudado gran parte de los servicios consulares por primera vez desde su suspensión en 2017, cuando Washington decidió retirar su presencia diplomática en la isla después de que varios diplomáticos enfermaran tras sufrir el conocido ‘síndrome de La Habana’.
La legación diplomática ha confirmado ahora que volverá a admitir a trámite solicitudes de visados para migrantes cubanos, si bien dará prioridad a aquellos ciudadanos que pidan permisos para reunirse con sus familiares en territorio estadounidense, según ha confirmado la emisora estatal NPR.
La reanudación se produce a medida que aumenta significativamente el flujo migratorio desde Cuba, lo que ha incrementado la presión sobre la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, que ha puesto a disposición de los cubanos más vías legales para acceder al país a medida busca reanudar el diálogo con el Gobierno de Cuba a pesar de las disputas históricas.
Ahora, Washington estima que las autoridades otorgarán unos 20.000 visados al año. En diciembre, el Gobierno estadounidense indicó que 34.675 cubanos habrían tratado de entrar en el país a través de la frontera con México en tan solo un mes, un 21 por ciento más que los 28.848 que lo intentaron en octubre.
Las cifras han ido aumentando con el paso de los meses, y los cubanos forman ahora el segundo grupo poblacional –tras los mexicanos– que se aglutina en la frontera sur de Estados Unidos con el objetivo de solicitar asilo.
A finales de 2021, la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) reconoció que algunos de sus agentes sufrían el llamado ‘síndrome de La Habana’, en alusión a los supuestos ataques que fueron detectados por primera vez en la capital cubana contra agentes y diplomáticos estadounidenses y cuya causa estaría, presuntamente, en la energía electromagnética.
Los diplomáticos estadounidenses llevaban informado de la presencia de síntomas desde 2016, lo que provocó dudas sobre la posibilidad de que países como China o Rusia estuvieran detrás de los casos.
Desde entonces cientos de diplomáticos, personal militar y altos cargos estadounidenses han dicho haberse visto afectados por este síndrome, que se caracteriza por provocar síntomas como mareos, nauseas, vértigos y migrañas, entre otros. El Departamento de Estado de Estados Unidos considera que los diplomáticos podrían haber sido expuestos a algún ataque acústico no identificado, aunque por el momento no han llegado a una conclusión definitiva.
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