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La Generalitat de Cataluña inicia las pruebas para aportar agua regenerada al tramo final del río Llobregat

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BARCELONA, 3 (EUROPA PRESS)

La Generalitat ha iniciado las pruebas para aportar agua regenerada en el tramo final del río Llobregat con el objetivo de incrementar el caudal de agua y disponer de más recursos que, posteriormente, tendrá que ser potabilizada en la planta de Sant Joan Despí (Barcelona).

Esta medida se está realizando de manera coordinada entre la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), la Conselleria de Salud y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), aportando agua de manera gradual y escalonada con un seguimiento analítico para evaluar su efectividad, ha informado este martes el Govern en un comunicado.

El aprovechamiento del agua regenerada es una de las líneas de acción estratégicas para incrementar la disponibilidad y reservar y reducir los desembalses con el objetivo de alargar las reservas de agua lo máximo posible.

La aportación está siendo de 400 litros por segundo –lo que supone una parte de agua regenerada por cuatro partes del agua que lleva el río de forma natural–, teniendo en cuenta que se comenzó con 200 litros por segundo, y gradualmente se irá incrementando el caudal de agua regenerada, hasta llegar a un máximo de 800 litros por segundo.

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Esta medida, que va acompañada de un intenso seguimiento analítico, permite preparar el sistema para un funcionamiento futuro en máxima producción, en caso de que se llegue a una situación de excepcionalidad, es decir que los embalses del sistema Ter Llobregat se sitúan alrededor del 24%, con 140 hectómetros cúbicos almacenados: este martes se sitúan al 32%, con 196 hectómetros cúbicos.

Las estaciones de regeneración de agua (ERA) pública en Catalunya han aportado durante 2022 más de 60 hectómetros cúbicos de agua regenerada, destinada a usos como los ambientales, los industriales, lúdicos, municipales y riego agrícola.

Las dos desalinizadoras, del Llobregat y Tordera, han aportado al sistema más de 57 hectómetros cúbicos de agua, lo que ha permitido que el ritmo del descenso de reservas haya sido más lento y sin ellas los embalses tendrían nueve puntos menos.


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