Una explotación ganadera que cuenta con 4 mastines y medidas de protección frente al lobo
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Una manada de lobos terminó la pasada Nochebuena con la vida de 23 cabras pertenecientes a una explotación del municipio de Prádena del Rincón, en plena Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, ha informado la Unión de agricultores, ganaderos y silvicultores de la Comunidad de Madrid (Ugama) en una nota de prensa.
El ganadero afectado es L.G.S., que se levantó el día de Navidad con 23 cabras desaparecidas, de las cuales y tras un fin de semana de intensa búsqueda, a día de hoy tan solo ha localizado 8 cabras muertas y una malherida.
Ugama ha denuncia una vez más “el drama que sufren a diario los ganaderos de la región, que tienen que soportar el ver a sus animales parcialmente devorados y vivos, animales, al parecer excluidos de la ley de derechos y bienestar de los animales”.
En este caso, han destacado que el rebaño atacado cuenta con la protección de cuatro mastines y diversos medios de protección frente a los ataques de lobo, pero sin embargo, cuando una manada de lobos se ceba en un objetivo “no para hasta provocar el mayor daño posible”.
El ganadero L.G.S., que ya ha ganado una sentencia por reclamación de daños patrimoniales a la Comunidad de Madrid, en la actualidad lleva desde hace más de cuatro años esperando sentencia a otra demanda judicial por los mismos motivos. “Según la orden de ayudas para compatibilizar la actividad ganadera con la existencia de lobos, perros asilvestrados y buitres de la Comunidad de Madrid, recientemente actualizada en noviembre de 2022, de las 23 cabezas desaparecidas solo le serán mal indemnizadas las 9 encontradas”, denuncian.
La organización critica la “desprotección y desamparo” que tiene el sector ganadero por parte de una administración “insensible que establece normativas unilaterales e injustas, haciendo caso omiso a lo dictado por el Tribunal Supremo, que además de crear jurisprudencia debería de servir para que las distintas administraciones adecuaran sus normativas y que los ganaderos no tuvieran que recurrir reiteradamente a los tribunales, con el consiguiente gasto superfluo de ganaderos y contribuyentes, para obtener una indemnización acorde a las pérdidas sufridas por los ataques de lobos”.
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