MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
La Guardia Civil, en el marco de la operación ‘Sigote’, ha detenido a un hombre que acosaba a su expareja y otro que colaboraba con él utilizando un dispositivo de vigilancia y seguimiento GPS instalado en su coche.
El hombre de 54 años fue detenido por la Guardia Civil por los delitos de malos tratos en el ámbito familiar (acoso continuado) y al amigo de este, un hombre de 62 años, por los delitos de falsedad documental y usurpación de estado civil. Las diligencias han sido entregadas en el Juzgado de Violencia de la Mujer Número 1 de Torrente y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Torrente.
La operación, según indica la Guardia Civil en una nota, comenzó cuando una mujer, vecina de Picanya (Valencia), denunció en el Puesto Principal de la Guardia Civil de Paiporta un delito de violencia de género. La víctima afirmaba que empezó una relación sentimental con un hombre, vecino de Madrid, con el que llegó a convivir.
Un tiempo después de la convivencia, el detenido comenzó a insultarla e incluso a agredirla físicamente en alguna ocasión. Una vez que la mujer decidió romper la relación, esta persona se negó a aceptarlo y comenzó en dicho momento a un acoso constante hacia ella. Incluso cuando la víctima visitaba ciertas calles o establecimientos, algunos de ellos desconocidos para su expareja, se encontraba con él.
Cabe destacar que la víctima informó a los agentes de que en ocasiones veía a su expareja cuando se desplazaba a lugares que no había planeado con antelación. Igualmente, la víctima explicó que se encontraba en la vía pública con un amigo de su expareja que también intentaba convencerla para que retomara la relación.
La mujer manifestó a los guardias civiles que decidió interponer la denuncia cuando un día vio a su expareja manipulando lo que parecían los bajos de su vehículo. Por tal motivo, los agentes examinaron el vehículo de la víctima y descubrieron que tenía instalado un dispositivo de vigilancia y seguimiento GPS.
Tras examinar el origen del dispositivo, los agentes descubrieron que la documentación personal utilizada para su compra pertenecía a una persona fallecida. Posteriormente, los investigadores lograron encontrar la vinculación del dispositivo de seguimiento tanto con la expareja de la víctima como con su amigo, que también había participado en el acoso.
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