El Tribunal Supremo no le creyó cuando lo argumentó en diciembre de 2017 para participar en la campaña electoral del 21D
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras defendió ante el Tribunal Supremo el 11 de diciembre de 2017 la vía “bilateral” para resolver el conflicto en Cataluña para pedir la excarcelación y así poder participar en la campaña electoral del 21 de diciembre de ese año. El Tribunal Supremo no le creyó y le mantuvo en prisión.
No obstante, posteriormente el político independentista volvió a apostar por la vía unilateral si la bilateral no prosperaba. Y hoy, después de haber sido indultado parcialmente y haber logrado la supresión de la sedición en el Código Penal y la modificación de la malversación en favor de los condenados e imputados por el procés, ha vuelto reiterar su defensa de la vía unilateral.
El 2 de noviembre de 2017, la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ordenó el ingreso en prisión provisional y sin fianza de Oriol Junqueras y de otros siete exconsejeros catalanes. La decisión se produjo tras la acusación de la Fiscalía contra éstos por los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos relacionados con el ‘procés’ que derivaron en la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña (DIU). Todo ello después de la intervención de la autonomía por parte del Gobierno en aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Ante aquella decisión de la juez, el exvicepresidente catalán afirmaba: “En pie, con determinación y hasta la victoria”. Y pedía en un apunte de twitter a sus compañeros que hicieran todo lo que estuviera a su alcance “para que el bien derrote al mal en las urnas el 21D”, es decir, en las elecciones convocadas en diciembre de ese año por el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Pocos días después, el 11 de diciembre, presentaba un escrito ante la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo en la que abogaba por la “resolución bilateral” del conflicto en Cataluña para pedir su excarcelación y poder participar en la campaña de aquellos comicios autonómicos, en la que él encabezaba la lista de ERC.
En aquel momento, esa postura parecía contrastar con la de su propio partido, que seguía defendiendo la necesidad de retomar la “vía unilateral” a la independencia si el soberanismo ganaba los comicios y el Gobierno central rechazaba negociar.
La defensa de Junqueras señaló entre los argumentos para solicitar su salida de la cárcel que no podía existir en el líder independentista riesgo de reiteración delictiva “cuando la persistencia en la acción unilateral, si ello es un elemento para sospechar de riesgos futuros, se basa en percepciones subjetivas y no en realidades”.
El escrito del abogado Andreu Van Den Eynde añadía: “la realidad es que el escenario político actual es el de acatamiento del 155 de la Constitución, el de sometimiento a un proceso electoral, el del cese del gobierno de la Generalitat y el de la propuesta (…) de escenarios de diálogo y resolución bilateral de conflictos políticos”.
ALEGÓ SER UN HOMBRE DE PAZ Y DEFENDER LA VÍA BILATERAL
Sin embargo, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo acordó el 5 de enero mantener la medida de prisión provisional sobre el líder de ERC al no creer los argumentos que daba en su escrito. El TS consideró que existía un “riesgo relevante” de reiteración delictiva al no existir ningún dato que permitiera entender que el recurrente tenía la intención de abandonar la vía unilateral, y no le bastó con su invocación a la ‘bilateralidad’.
El TS argumentó, además, que no se trataba de impedir que defendiera su proyecto político, sino de “evitar” que lo hiciera de la misma forma en la que lo había hecho hasta entonces. La decisión se adoptó tras celebrarse una vista de apelación en la que estuvo presente el propio Junqueras, quien se dirigió directamente al tribunal describiéndose como “hombre de paz” y apelando a su compromiso en el “diálogo bilateral” en el conflicto político existente en Cataluña para conjurar el riesgo de reiteración delictiva que le mantenía en la cárcel.
PREFERIBLE LA VÍA BILATERAL SIN DESCARTAR LA UNILATERAL
Dos años después, el 7 de septiembre de 2020, Junqueras y la secretaria general, Marta Rovira, publicaron un libro en el que apuntaban que era preferible la vía bilateral, pero no descartaban la unilateral.
El libro se titulaba ‘Volveremos a vencer (y cómo lo haremos)’ en el que exponían la estrategia de ERC para lograr la independencia y repasaban los hechos de octubre de 2017, para extraer lo que el independentismo hizo bien y cuáles fueron sus debilidades.
En el libro, Junqueras y Rovira sostenían que el objetivo del independentismo debía ser hacer un referéndum, ya que consideraban que es lo que generaba más consenso en la sociedad catalana, y reiteraban que la vía pactada era “la opción que ofrece más garantías, la más sensata”.
Pero admitían las dificultades para que el Estado lo aceptara, por lo que abogaban por diseñar “estrategias inteligentes a favor del referéndum”, acumulando fuerzas y legitimidad. En aquel texto no descartaron volver a la unilateralidad: “El Estado debe saber que su negativa a negociar un referéndum, si perdura en el tiempo, puede desembocar en una actuación unilateral del independentismo”.
Para ellos, renunciar a esta vía sería renunciar a la independencia, y apuntaban que la unilateralidad solo era posible con una mayoría ciudadana e institucional sólida: “Cuanta más fuerza tengamos, más unilateralidad podremos aplicar”, advertían.
LA VÍA UNILATERAL ES DEMOCRÁTICA
Y esta misma mañana, con la tramitación aún pendiente de conclusión de la supresión del delito de sedición y la modificación de la malversación de fondos públicos, Oriol Junqueras volvía a defender la vía unilateral al considerar que esta es democrática.
Así lo ha afirmado en una entrevista en Radio 4 y La 2 en la que ha defendido que “organizar un referéndum no está en el Código Penal”. Al ser preguntado si la vía unilateral era democrática o no, respondía: “todas las vías que permitan que la ciudadanía pueda decidir sobre su futuro, votando respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales es evidente que es una vía democrática”.
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