MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Especialistas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) han vuelto a solicitare al Ministerio de Sanidad la incorporación a la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) de los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) para el tratamiento de las personas que sufren una tromboembolia pulmonar (TEP).
La TEP es la tercera causa de enfermedad cardiovascular en frecuencia, tras el infarto de miocardio y el ictus, con una mortalidad de casi el 20% a los 3 meses, en la mayoría de ocasiones debido a otras condiciones coexistentes graves, como el cáncer o la sepsis. Asimismo, es la forma de manifestación más grave de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV), que incluye también la trombosis venosa profunda.
Cuando aparece la TVP los síntomas suelen aparecer en las extremidades inferiores, pero en su forma de TEP, lo afectación es pulmonar. El tratamiento de la ETV consiste en la administración de anticoagulantes, unos fármacos que retrasan el tiempo natural de coagulación de la sangre y que evitan la formación de trombos en el interior de los vasos sanguíneos. Estos fármacos se utilizan durante al menos tres meses para tratamiento de la ETV, si bien muchos pacientes lo precisan por periodos más prolongados.
En la actualidad, se dispone de dos clases de anticoagulantes orales: los clásicos antagonistas de la vitamina K (AVK) y, desde hace ya más de 10 años, de una nueva familia, los denominados ACODs (rivaroxabán, apixabán, dabigatrán y edoxabán).
Los ACODs están aprobados para el tratamiento de los pacientes que padecen TVP y/o TEP, siendo considerados de elección para la mayoría de los pacientes con TEP, por encima de los AVK;sin embargo, aunque están financiados en otras condiciones (como en la fibrilación auricular), actualmente no forman parte de la cartera de medicamentos en caso de sufrir una TEP.
“Los anticoagulantes orales de acción directa o ACODs ofrecen determinadas ventajas importantesfrente al resto de alternativas de anticoagulación”, señala el doctor Alberto García Ortega, Neumólogo del Hospital doctor Peset de Valencia y Coordinador del Área de Circulación Pulmonar de SEPAR..
Así, añade, “en comparación con los antagonistas de la vitamina K (AVK), que es la opción de anticoagulación oral actualmente financiada, producen menos problemas de hemorragias, que es el principal riesgo asociado al tratamiento anticoagulante. Asimismo, aportan más autonomía a los pacientes porque no requieren los controles periódicos para ajustar la dosis en los centros de salud, lo que favorece un mayor grado de satisfacción con el tratamiento”.
Otra de las grandes ventajas que resulta del uso de estos medicamentos es que genera un verdadero ahorro de costes para el SNS, ya que reduce drásticamente la necesidad de controles y la necesidad de atención médica relacionada con los problemas hemorrágicos relacionados con la anticoagulación, incluyendo una disminución de visitas a urgencias y de ingresos hospitalarios.
“Existe una evidencia científica robusta en favor de los ACODs como tratamiento de elección para la mayoría de pacientes con TEP, tal y como suscriben tanto las actuales guías de manejo europeas como el actual documento de Consenso español elaborado por las distintas sociedades científicas involucradas”, indica el doctor García Ortega.
Según explica, España es único país de Europa que no financia los ACODs para esta indicación. Sin embargo, sí está financiada actualmente para el tratamiento de la fibrilación auricular. “Esto provoca inequidad en el acceso a este tratamiento en el caso de los pacientes con embolia de pulmón que, por el coste de estos anticoagulantes que precisa actualmente en España de ser asumido por parte del paciente que sufre una TEP”, añade.
“Sensibles a la importancia de optimizar el uso de los recursos sanitarios y el coste económico de los tratamientos, subrayamos que estos anticoagulantes suponen una reducción de distintos gastos sanitarios. De hecho, en los pacientes con cáncer que sufren una TEP el tratamiento anticoagulante debe realizarse con inyecciones diarias de heparina o, alternativamente, con ACODs, que tienen un coste cuatro veces inferior, siendo una alternativa que ahorra costes sanitarios y ofrecen una mayor comodidad para este perfil de pacientes”, afirma.
Por todo ello, concluye, “desde SEPAR impulsamos que se incorporen a nuestra cartera sanitaria cuanto antes, ya que se trata de un avance necesario en pro de la salud de los pacientes con embolia pulmonar. Estamos convencidos de que nuestra petición razonada será atendida por nuestras autoridades sanitarias para mayor beneficio de nuestros pacientes”.
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