SEVILLA, 9 (EUROPA PRESS)
La Escuela Técnica Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla ha sido la sede de la reunión de lanzamiento del proyecto europeo CEEGS (CO2-based Electrothermal Energy and Geological Storage). Se trata de una iniciativa financiada por el programa ‘Horizon’, en el marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea, con un presupuesto de 2.992.060 euros y coordinado por la Universidad de Sevilla.
El consorcio que ejecutará el proyecto está compuesto por diez entidades, centros de investigación, empresas y universidades de España, Portugal, Alemania, Bélgica y Grecia, según detalla la US en un comunicado.
El grupo de la Universidad de Sevilla dirigido por Ricardo Chacartegui ya cuenta con experiencia en proyectos europeos y desarrollo de prototipos, como se desprende el éxito del proyecto ‘Socratces’, que concluyó el pasado año con la construcción, puesta en marcha y ensayo de una planta piloto en Sevilla.
El proyecto CEEGS, con una duración total de tres años, se centra en el desarrollo de un novedoso sistema que combina el almacenamiento electrotérmico de energía de origen renovable –solar fotovoltaica o eólica– y el almacenamiento geológico de dióxido de carbono (CO2). El sistema se basa en un proceso reversible, de ciclos transcríticos de CO2 y almacenamiento térmico de baja y alta temperatura, en hielo y agua, respectivamente.
En la fase de carga o almacenamiento de energía, la electricidad se emplea en el compresor de la bomba de calor, en la que, mediante dos intercambiadores, se cede calor al agua en el condensador y al hielo en el evaporador, transformando la energía eléctrica en térmica a alta y baja temperatura. En la fase de descarga, se utiliza la energía térmica almacenada para realizar el ciclo inverso, en el que el CO2 expande en una turbina, recuperando la energía eléctrica previamente almacenada.
Las presiones de los ciclos transcríticos y la condición de CO2 como fluido de trabajo se aprovechan en un sistema de inyección del dióxido de Carbono en formaciones geológicas, permitiendo almacenar grandes cantidades de CO2 capturado en el subsuelo como fluido de trabajo. El sistema aborda dos cuestiones fundamentales en los compromisos de mitigación de los efectos del cambio climático; el almacenamiento de energía, necesario para el equilibrio en un sistema eléctrico basado en renovables, y el almacenamiento de CO2 capturado, para reducir sus emisiones a la atmósfera.
Entre las ventajas del sistema, destacan el elevado rendimiento esperado del sistema en su etapa de madurez tecnológica y la compatibilidad con las condiciones de almacenamiento geológico. Entre sus aplicaciones se encuentran el almacenamiento y la producción de electricidad, la calefacción y la refrigeración, y el secuestro parcial de CO2.
El proyecto tiene como objetivo el desarrollo de una prueba de concepto basada en la integración de modelos para una demostración de laboratorio a escala y datos experimentales de superficie y sistemas subterráneos, donde resulta actualmente necesario avanzar en conocimiento y tecnológica, concluye el comunicado.
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