MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
El calentamiento global aumenta la brecha alimentaria entre el norte y el sur del Mediterráneo, una región ampliamente reconocida como una de las más expuestas del mundo a los efectos climáticos, como la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo, junto con una transición nutricional de sus poblaciones.
Dichos desafíos del sistema agroalimentario son complejos y están estrechamente interconectados. Un estudio dirigido por Marta Antonelli, científica de la Fundación Centro Euromediterráneo sobre el Cambio Climático (CMCC) analiza algunos de los retos sociales, económicos y medioambientales más apremiantes relacionados con la alimentación en el área del Mediterráneo.
El estudio contribuye a una mejor comprensión de la dinámica agroalimentaria del Mediterráneo y se basa en los resultados de una encuesta Delphi -una técnica iterativa de ciencias sociales para recopilar opiniones- realizada entre 2017 y 2018 basándose en la experiencia de unos 60 profesionales, expertos y académicos de 19 países mediterráneos.
Al adoptar una visión integral del sistema agroalimentario, el estudio ha identificado los principales desafíos, tendencias y fuerzas impulsoras de los sistemas agroalimentarios en el Mediterráneo a corto y medio plazo.
Los resultados sugieren que se espera que crezca la brecha entre los países del sur (Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Túnez, Turquía) y el norte del Mediterráneo (Francia, Grecia, Italia, Portugal, España) en cuanto a los desafíos planteados en la gestión del agua, los sistemas agrícolas y la cadena de valor agroalimentaria.
Los expertos coinciden en que el cambio climático va a desempeñar un papel clave en el futuro de ambos lados del Mediterráneo, pero con un impacto diferencial en las dos subregiones. Las perspectivas son más sombrías para el sur y, aunque se considera que el norte es capaz de abordar, aunque no revertir, las tendencias negativas actuales y fortalecer las positivas, los múltiples desafíos a los que está expuesto el sur hacen que el balance general sea negativo o mixto en el mejor de los casos.
AGUA
En particular, los desafíos relacionados con el agua persistirán en el sur del Mediterráneo, vinculados a una mayor extracción anual esperada de agua dulce para la agricultura, tanto a corto como a medio plazo.
También los desafíos asociados con la nutrición ejercerán una presión creciente, especialmente en los países del sur del Mediterráneo. Las tendencias muestran el abandono de la dieta mediterránea, que ha sido reconocida por traer beneficios para la salud humana y planetaria, debido a influencias multifactoriales que incluyen cambios en los estilos de vida, la globalización alimentaria y factores socioculturales. En opinión de los expertos, la prevalencia de sobrepeso aumentará.
Además, los expertos sugieren que la vulnerabilidad al cambio climático afectará tanto al norte como al sur de la región mediterránea, particularmente a largo plazo. No en vano, el cambio climático exacerba las presiones ambientales ejercidas por el cambio en el uso de la tierra (como la urbanización, la intensificación agrícola), la contaminación y la disminución de la biodiversidad, que es probable que afecte los medios de subsistencia de las personas en toda la cuenca en términos de seguridad ambiental pero también en términos socioeconómicos, posiblemente desencadenando hambrunas, migraciones y conflictos.
El estudio identifica prioridades como mejorar la salud pública al proporcionar educación de salud de rutina en la escuela, detener el uso rutinario de antibióticos en animales sanos para promover el crecimiento y prevenir enfermedades infecciosas, el fomento de oportunidades de empleo para la juventud rural, involucrar a los agricultores en el uso de nuevas tecnologías en la agricultura para aumentar la eficiencia y abordar la brecha de innovación tecnológica y de gestión mediante una mayor colaboración con la comunidad investigadora.
- Te recomendamos -