MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La Federación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha advertido del “fracaso” de la posición respecto al Reglamento de Inteligencia Artificial acordada este martes en el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía, conformado por los ministros competentes de los Estados Miembros.
Al respecto, ha criticado que “no introduce mejoras esenciales para las personas consumidoras y supone un fracaso en su protección”. “Se trata de una pieza regulatoria vital para regular la IA y que pretende proteger a las personas frente a los daños que podría causar esta tecnología”, ha explicado la organización, alertando de que, a pesar de ello, los gobiernos “no han abordado cuestiones esenciales”.
Entre esas cuestiones que no se han abordado, CECU ha hecho referencia a la utilización de sistemas de reconocimiento facial por parte de empresas privadas en lugares de acceso público, así como también han “suavizado” disposiciones importantes acerca de qué sistemas de IA se clasificarían como de ‘alto riesgo’.
De esta manera, las personas consumidoras “corren el riesgo de no estar suficientemente protegidas, en tanto los Estados Miembros no han introducido derechos básicos frente a las decisiones automatizadas o a la interacción con sistemas de IA”. Sin embargo, ha recalcado que los Estados Miembros han propuesto, al menos, prohibir la utilización de sistemas de clasificación social por parte de entidades privadas.
Según una encuesta realizada por la organización europea BEUC en el 2020, las personas consumidoras manifestaron estar preocupadas por los riesgos derivados del uso de IA y la falta de regulación adecuada. En España, el 64% concuerda en que las compañías utilizan la IA para manipular la decisión de las personas consumidoras y temen que implique la manipulación de sus decisiones.
Para la experta en derechos digitales de CECU Anabel Arias, los Estados miembros de la UE “han defraudado a las personas consumidoras con su posición”. “Si consideramos los riesgos que conlleva la IA, como, por ejemplo, su potencial para aumentar la discriminación, o si se toman en cuenta los peligros que conlleva para el Estado de Derecho la utilización de sistemas de reconocimiento facial en lugares de acceso público”, ha dicho.
“Ahora todo depende de los eurodiputados. Esta legislación podría terminar siendo decepcionante, si se tiene en cuenta que la inteligencia artificial cambiará radicalmente nuestros mercados y sociedades, y que, por ello, los consumidores deben tener las protecciones adecuadas”, ha manifestado.
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