MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Lituania han comenzado este martes a desmantelar seis gigantescas estatuas de la época soviética situadas en el cementerio militar de la capital, Vilna, en consonancia con las políticas que otros países han emprendido en contra de estos homenajes en represalia por la invasión rusa de Ucrania.
“Lo haremos con respeto. Por supuesto, las tumbas no serán destruidas”, ha aclarado el alcalde de Vilna, Remigijus Simasius, en relación a los 3.000 soldados del Ejército Rojo caídos en la II Guerra Mundial y cuyo restos descansa en este cementerio militar de Antakalnis.
“Nos limpiaremos de este símbolo soviético”, ha celebrado Simasius, quien ha calificado el momento como “un día feliz” para la historia de la capital lituana. La decisión de las autoridades locales se toma en contra del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que paralizó temporalmente el proyecto.
Sin embargo, Simasius sostiene que esta comisión de Naciones Unidas fue engañada, ya que en ningún momento se profanarán los restos de los fallecidos. “No tengo ninguna duda de que es la única decisión correcta”, ha dicho.
Las estatuas que han comenzado a ser retiradas son unos colosos de granito de unos seis metros de alto que representan a soldados del Ejército de la Unión Soviética. Está previsto que sean trasladadas al Museo Nacional de Lituania, a donde ya fueron enviadas otras tallas y placas de la época soviética.
El memorial de Antakalnis, erigido en 1951, alberga los cuerpos de más de 3.000 soldados soviéticos caídos en combate en 1944, durante la batalla por la liberación de Vilna. Con la independencia de Lituania a principios de los 90 comenzó también una operación para eliminar el pasado soviético del país, enviando la gran mayoría de estos homenajes al Parque Grutas, a más de cien kilómetros de la capital.
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