MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, reivindicó este martes que “la política es una actividad esencialmente conciliadora”, después de ahondar en que el Parlamento es un “lugar único” en el que hay que debatir haciendo un uso de la palabra para “construir, no para zaherir”.
En su discurso institucional en la escalinata del Congreso con motivo del Día de la Constitución, Batet reflexionó que quienes forman parte del Parlamento deber ser “conscientes” de su “singularidad” porque “es el lugar en el que todos los ciudadanos están representados, pero en él también deben sentirse representados”.
“El debate parlamentario es la exhibición de las mejores virtudes de la palabra. Desde la tribuna se habla a la ciudadanía, ofreciendo las opiniones que cada cual considera mejor fundadas, dando razones que apelan al buen sentido de todos”, expuso.
Porque “eso es lo que esperan los ciudadanos y las ciudadanas de sus representantes, que la palabra se utilice para argumentar, no para herir. Para proponer, no para ofender. Para construir, no para zaherir. En nuestras manos está no defraudar esa confianza”, compartió la presidenta ante las máximas autoridades del Estado y la representación de formaciones políticas como PSOE, PP, Unidas Podemos y Ciudadanos.
Batet celebró que la “Constitución es una obra en marcha” pero que en estos cuarenta y cuatro años ha hecho posible “la España que somos y de la que podemos estar orgullosos”.
No obstante, apuntó que “el vigor de ese marco constitucional precisa como condición necesaria la fortaleza de nuestra institucionalidad democrática”. “Las instituciones son el aparato visible de aquello que nuestra vida pública ha querido tener de promesa, de compromiso vinculante, de garantía. Se crean por el Derecho, pero se nutren de la confianza de los ciudadanos”, agregó.
La presidenta del Congreso añadió que las generaciones que elaboraron y ratificaron la Constitución sentaron las bases para que España pudiera aspirar a “su infalible mañana”, como decía Machado. La Constitución, “un conjunto articulado y coherente de concesiones”, no fue producto de una suerte de correlación de debilidades sino de una suma de generosidades. Como se afirmó en el Pleno de aprobación del dictamen constitucional: “La Constitución expresa la generosidad de todos y de cada uno de nosotros”.
ESPERANZA
Según Batet, la materia política de la Constitución es “la esperanza. La esperanza de consolidar un Estado de derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. La esperanza de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. La esperanza de promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. La esperanza de establecer una sociedad democrática avanzada”.
A lo largo de estas más de cuatro décadas, el sistema democrático asentado sobre la Carta Magna ofrece “una visión de nosotros mismos que alienta el optimismo y la confianza” y citó logros como las tres décadas “siendo líderes mundiales en donación de órganos”, la fortaleza del Sistema Nacional de Salud, los tres millones de voluntarios, los dos nuevos astronautas españoles “formados en nuestro sistema público de educación” o los tres millones y medio de empresas que abren sus puertas cada día: “Todo eso es Constitución”.
Advirtió que el vigor de las instituciones “se nutre de la confianza de la ciudadanía” y que “mantener su prestigio, su credibilidad, su regular funcionamiento exige un leal cumplimiento por parte de todos. Como decía Tomás y Valiente, las instituciones ganan o pierden prestigio por lo que hacen, pero también por lo que con ellas se hace”.
La presidenta del Congreso se refirió también a la igualdad entre hombres y mujeres como un “principio fundamental de nuestro ordenamiento constitucional”. Explicó que hay un consenso básico sobre la necesidad de “proteger y garantizar la libertad de las mujeres frente a todo tipo de discriminación, y con mayor determinación y contundencia frente a la violencia”. Se trata de “un consenso medular” para la construcción de una “sociedad justa en el que debemos perseverar, por dignidad y por pura democracia”.
Batet insistió en que el camino para superar los retos es el que marcan “los valores y la unidad” y destacó que “cuando hemos hecho algo juntos, nunca nos hemos arrepentido”. Por ello, insistió en que la Constitución proclama “nuestra voluntad de colaborar en el fortalecimiento de las relaciones pacíficas entre los pueblos”. “La paz es el bien primero, el que hace posible los demás. Y sabemos que la paz es algo más que la inexistencia de guerra: es respeto, es reconocimiento del otro, es cumplimiento de las reglas”.
También hizo una referencia expresa a la guerra en Ucrania e hizo un llamamiento a la actuación “comprometida y concertada con nuestros aliados, especialmente en el marco de la Unión Europea” al tiempo que se mantiene la solidaridad y el apoyo al pueblo ucraniano.
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