CIUDAD REAL, 1 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado al acusado de asesinar en 2020 a su pareja embarazada en Santander, Carlos Andrés Bustamante, a una pena de 25 años de prisión y a cinco meses más por el delito de profanación del cadáver.
La sentencia, recogida por Europa Press, considera al procesado responsable de un delito de asesinato en concurso con un delito de aborto y de un delito de profanación de cadáver.
También se le prohíbe aproximarse a menos de 200 metros de la familia de la asesinada, sus domicilios, lugares de trabajo o centros de estudio, así como de comunicar con ellos por cualquier medio, directo o indirecto, durante treinta años.
Además, deberá indemnizar con 112.000 euros a las hijas de la víctima, Nancy Paola Reyes; con 87.000 euros a cada uno de sus padres; y con 25.000 más a cada uno de sus hermanos.
Esta sentencia llega después de que el pasado 23 de noviembre un jurado popular declarara culpable por unanimidad al acusado por los delitos de asesinato, profanación de restos y aborto de su hijo no nato. De esta forma, el jurado consideró suficientemente acreditada la culpabilidad del procesado en los crímenes que se le imputaban.
El hombre estaba acusado de asesinar a la que era su compañera sentimental y descuartizar su cadáver, cuando esta se encontraba embarazada de 16 semanas, en agosto de 2020.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaban penas de 25 años por asesinato y 8 años por aborto, además de cinco meses por la profanación del cadáver.
HECHOS PROBADOS
Ahora la Audiencia considera probado que el acusado, con múltiples antecedentes penales por maltrato y que convivía en Ciudad Real con la víctima, se traslado con su pareja embarazada a principios de agosto.
El día 20 del mismo mes, con la intención de acabar con la vida de su novia, la cogió por el cuello, ejerciendo una fuerte compresión cervical por estrangulación, que le ocasionó una anoxia encefálica y la muerte de forma inmediata por asfixia con obstrucción total de la vía respiratoria, determinando su muerte la del hijo que esperaba.
Se da por probado que fue atacada de forma sorpresiva y por la espalda cuando se encontraban en la intimidad de su domicilio, por lo que la víctima ni pudo prever el hecho, ni se pudo preparar para defenderse.
Acto seguido, el acusado, utilizando una piqueta de cortar carne que previamente había adquirido en el Bazar Xu, faltando el respeto debido a la memoria de la víctima y del feto, descuartizó milimétricamente y con gran precisión el cuerpo y lo metió en varias bolsas de basura.
En una primera bolsa introdujo el tórax, el abdomen y la pelvis, en la segunda las piernas, en la tercera la cabeza, los pies y las manos, y en la cuarta los brazos. Además, mutiló la zona genital de la víctima y extrajo el feto, que no ha sido encontrado.
A lo largo de la tarde de ese día, el hombre se fue deshaciendo de los restos utilizando un carrito de los que se usan para transportar la compra, depositó las cuatro bolsas de basura en las que había metido el cuerpo descuartizado, en una zona de matorral muy frondosa, de relieve abrupto y muy difícil acceso conocida como el Parque del Agua, en Santander, en el Paseo de la Peña del Cuervo.
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