MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
El recibo de la electricidad de un hogar medio acogido al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor alcanza los 67,75 euros en el mes de noviembre, lo que supone un descenso del 14,2% con respecto al mes de octubre, cuando ascendió a 79 euros. En términos diarios la caída es menor ya que noviembre tiene un día menos.
Así lo refleja el simulador de la factura de la electricidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que revela que con respecto al año pasado, la factura se reduce un 24,1% puesto que el recibo ascendió a 89,22 euros en noviembre de 2021.
Esta importante caída en términos mensuales se suma a las experimentadas en octubre y septiembre, que acabaron con la tendencia al alza registrada desde junio cuando Rusia limitó el suministro a través del gaseoducto Nord Stream. Sin embargo, se ha frenado en los últimos días puesto que llegó a ser del 25%.
El periodo al alza previo a septiembre culminó con la segunda factura más alta de la historia en agosto, sólo superada por la de marzo de este año, pese a contar con el tope al gas y la rebaja del tipo del IVA del 11 al 5%.
Por otro lado, en comparación con el año anterior, noviembre sigue la tendencia iniciada en octubre, mes en que se acabó con una serie de 19 meses consecutivos de ascensos interanuales que incluso en muchas ocasiones superaron el 60%, lo que explica gran parte de los fuertes incrementos experimentados por el IPC este año.
Dicha evolución del precio de la luz se corresponde con la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4 kW y una demanda anual de 3.240 kilovatios hora (kWh).
En junio de 2021 entró en vigor el nuevo sistema de formación de los peajes y los costes regulados del recibo, con los tres tramos horarios de facturación. Para realizar la simulación del precio, se ha calculado un consumo del 30% en hora punta, del 25% en hora llana y del 45% restante en hora valle.
Estas oscilaciones en el precio de la electricidad se producen básicamente por las variaciones en el coste de producción, que se incrementa cuando hay poca aportación de fuentes de generación renovable como el agua y el viento y mucha de fuentes fósiles más caras, especialmente el gas o el carbón. También se ve afectado por otros factores como el precio del petróleo y los derechos de emisión de CO2.
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