MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar, subrayó este miércoles la “escasez de liderazgos responsables” que vive España y avisó de que “si decimos a nuestros líderes que queremos entretenimiento, luego no podemos sorprendernos si se comportan como animadores o, en los tiempos modernos, se diría como ‘followers’, como ‘influencers’ o, incluso, como exhumadores consumados”.
Aznar se expresó de este modo durante su intervención en la inauguración de la segunda edición del Curso de Liderazgo impulsado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), donde señaló que “un líder auténtico siempre se aparta un poco de la corriente principal de su tiempo pero, en nuestra época, la capacidad de huir de la multitud ‘twittera’ es más difícil que nunca”.
En su intervención, Aznar se refirió a la situación de España, que calificó de “crisis nacional” y defendió que la pandemia ha interpelado a toda la sociedad, incluidos los Gobiernos. A su juicio, “un Gobierno no debe comunicar, sino gobernar” y eso consiste en “asumir responsabilidades en primera persona” y no “endosárselas” a terceros.
Además, avisó del peligro de aplicar fórmulas en democracia en tiempos de paz que se utilizan para “tiempos de guerra”, porque “muchos” pueden encontrar ahí un camino para impulsar sus “agendas radicales”. En este sentido, el expresidente del Gobierno apuntó que las “situaciones excepcionales” son “un caldo de cultivo” para que “prosperen los discursos radicales”.
Al hilo de esto, previno de que en el actual Gobierno hay “una fuerza política populista incrustada” que está aprovechando para normalizar su discurso radical, en clara alusión a unidas Podemos.
INTERVENCIONISMO
Por otra parte, Aznar advirtió de que el Estado “interviene cada vez más, impulsado por la propia dinámica democrática” pero “los recursos no son ilimitados”, lo que puede generar frustración en la ciudadanía. De hecho, incidió en que “siempre existe el peligro en las democracias providenciales de que la preocupación por lo inmediato, el disfrute y el presente prevalezca sobre el proyecto común, que implica pensar en el futuro”.
En este punto, recordó que para que haya personas que reciben servicios públicos tiene que haber contribuyentes, por lo que alertó del problema que supone la reducción de la población activa y el envejecimiento de los ciudadanos. Por ello, mostró su preocupación ante el hecho de que cada vez se “presione” más a la clase media, mientras recibe menos de lo que necesita.
“Contribuyen por encima de sus medios y reciben por debajo de sus necesidades. Por eso, los excesos del bienestarismo intervencionista son reales y deben denunciarse”, resolvió el expresidente.
En su alocución, cargó también contra el “debilitamiento” de las familias y urgió a “reconocer el papel fundamental” de las mismas, así como de las empresas, lo que pasa por “admitir que no se agota lo social en las políticas desarrolladas por el poder público”.
Por último, llamó a no “infantilizar” a la sociedad pues, de lo contrario, “se pedirá todo al Estado” y, como no se podrá lograr, “será el blanco de todos los reproches”. Y, a su juicio, así “no se va a la cohesión social ni a la paz civil, sino a la fragmentación, el enfrentamiento y la discordia”.
- Te recomendamos -