MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Los análisis de sangre podrían predecir la probabilidad de supervivencia en cáncer metastásico al medir la proporción de ADN en el torrente sanguíneo que procede de un tumor, según un estudio dirigido por la Universidad de Michigan (Estados Unidos).
A medida que los cánceres crecen y se extienden potencialmente a nuevas partes del cuerpo, suelen verter células y ADN en el torrente sanguíneo. El ADN puede analizarse para determinar tanto la cantidad de ADN presente como la existencia de posibles mutaciones que puedan ayudar a los proveedores a decidir los tratamientos.
Estas pruebas, conocidas como biopsias líquidas, se han convertido en una práctica habitual para determinados tipos de cáncer, especialmente aquellos para los que existen fármacos dirigidos a distintas mutaciones del ADN. Sin embargo, se desconoce si las biopsias líquidas podrían ayudar a los proveedores a entender qué pacientes pueden obtener mejores resultados que otros.
El ADN que se encuentra en la sangre también puede proceder de células normales. La medición de la cantidad de ADN que ha desprendido un tumor en comparación con la cantidad típica de ADN del organismo, definida como fracción tumoral, puede ser una nueva herramienta para predecir la supervivencia y orientar las discusiones sobre el tratamiento de los pacientes cuyo cáncer se ha extendido desde la mama, la próstata, el pulmón o el colon, según un nuevo estudio.
En este trabajo, publicado en la revista científica ‘Annals of Oncology’, los investigadores descubrieron que cuando el ADN tumoral constituía al menos el 10 por ciento del ADN en el torrente sanguíneo de los pacientes con cáncer metastásico, esos pacientes tenían muchas menos probabilidades de sobrevivir que los que tenían menos ADN tumoral en el torrente sanguíneo, en todos los tipos de cáncer estudiados.
La medición fue igual de precisa cuando se observó a los pacientes con cáncer de mama o de pulmón metastásico que tenían menos del 1 por ciento de ADN tumoral en el torrente sanguíneo; estos pacientes tenían más posibilidades de vivir más tiempo que los pacientes con más ADN tumoral en el torrente sanguíneo.
“Hay dos razones para observar algo analítico como esto en el tumor de un paciente. Una es que te dice qué hacer a continuación. La otra es que puede ayudarte a aconsejar a un paciente sobre lo que puede esperar. En varios tipos de cáncer, tenemos múltiples opciones de tratamiento sin saber cuál es mejor para quién. Una mejor comprensión del riesgo de la enfermedad ayudará al paciente y al proveedor a equilibrar mejor los riesgos del tratamiento”, ha explicado el primer autor de la investigación, Zachery Reichert.
Estos análisis de sangre son la última iteración de las biopsias líquidas, pruebas que permiten saber si hay células cancerosas (o en este caso, fragmentos de ADN más pequeños) circulando en la muestra de sangre.
A pesar de la exageración inicial, las biopsias líquidas no son la solución definitiva para la detección del cáncer. Pero se perfilan como útiles para las personas que ya tienen cáncer y están sopesando las opciones de tratamiento.
“A menudo acabamos recurriendo a la idea de que un paciente tiene una enfermedad ‘buena’ o ‘mala’, esta sensación visceral rudimentaria, cuya exactitud es cuestionable. Creo que es una oportunidad perdida para poder asesorar a los pacientes de forma más eficaz. Ahora, en el caso de las enfermedades en las que se ofrece una biopsia líquida como tratamiento estándar, puede proporcionar algún contexto que no sólo puede ser predictivo de lo que se debe hacer, sino también de lo que se puede esperar de los resultados, y eso es algo que podemos discutir con los pacientes”, ha afirmado Reichert.
Estas biopsias líquidas tuvieron menos éxito a la hora de predecir la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón que tenían una mutación EGFR+ y de los que tenían metástasis cerebrales, resultados que no sorprenden al investigador.
Esta prueba puede no ser adecuada para las metástasis cerebrales, por ejemplo, porque es probable que las células cancerosas no viertan tanto ADN en el torrente sanguíneo debido a la barrera hematoencefálica. Además, existe un tratamiento dirigido para la mutación del EGFR que es tan eficaz que la cantidad de cáncer presente puede no ser tan importante.
Se necesitarán más investigaciones para confirmar los resultados de este estudio, pero el hecho de que las pruebas predijeran con éxito la supervivencia en todos los tipos de cáncer es alentador. “La capacidad de asesorar mejor a los pacientes y ayudarles a tomar la mejor decisión compartida para su próxima terapia podría tener un gran impacto”, ha finalizado Reichert.
- Te recomendamos -