MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció este martes la presencia de níquel y formaldehído en varias máscaras de pestañas a la venta en España y recordó que, aunque ambos pueden “inducir problemas de sensibilización” en contacto con la piel, el níquel, además, puede desencadenar alergias y el formaldehído es “probablemente cancerígeno”.
Así lo precisó en un comunicado en el que expuso las principales conclusiones del análisis que ha realizado de 14 máscaras de pestañas de color negro con efecto volumen y que, a su juicio, revela la presencia de estas sustancias “no deseables y prohibidas” en cosméticos en concreto en tres de estos productos, según avanzó en un comunicado en el que añadió que, “lamentablemente, su presencia en cosméticos se permite como trazas”.
Con respecto al níquel, una impureza que suele proceder de los pigmentos de origen vegetal de las máscaras y que, según la asociación, “puede inducir problemas de sensibilización y alergias”, está presente en Maxfactor Divine Lashes en ocho partes por millón y Deliplus Maxi Volumen, de Mercadona, en seis partes por millón, cantidades que juzgó “excesivas”.
El formaldehído, por su parte, se ha detectado en la máscara Chanel Le Volume en una cantidad de 12 partes por millón, cifra que estimó “igualmente elevada”, al entender que esta sustancia, que puede formarse cuando se combinan ciertos ingredientes como los conservantes, puede “inducir problemas de sensibilización en la piel y probablemente sea cancerígena”.
A este respecto, advirtió de que, “por precaución”, estos tres productos “no deberían usarse a diario y, en el caso de sufrir alergia o sensibilidad, deberían evitarse”.
Para la OCU resulta “sorprendente” que, aunque el Reglamento de Cosméticos de la Unión Europea incluye estas sustancias como prohibidas, “permite su presencia como trazas si no se han añadido de forma deliberada, si no hay medios técnicos para eliminarlas o si los mismos fabricantes no tienen indicios de que su producto ocasione daños”.
En este punto, OCU defendió que se trata de una normativa “laxa” que atiende a “los intereses de las empresas cosméticas por encima de la seguridad de los ciudadanos”, por lo que ha solicitado la “intervención” de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para “legislar al menos unas cantidades máximas”.
En paralelo, señaló que la alegación “oftalmológicamente testado” que aparece en varias de las máscaras de pestañas analizadas “no garantiza mayor seguridad para el ojo que en el resto de estos productos”. “Y es que la legislación actual ya establece que todos los productos deben ser seguros para el uso previsto, para lo cual pasan una serie de pruebas específicas”, espetó.
Junto a ello, la OCU apuntó que la mitad de las máscaras analizadas se venden sin precintar, lo que, según su criterio, “supone un riesgo añadido, dado que se trata de un producto que se aplica cerca del ojo y cuya higiene conviene preservar al máximo”.
Finalmente, la organización criticó el “impacto negativo” de estos productos, porque algunos usar un doble envase y por el “mal diseño” de otros, lo que hace que se “deja sin aprovechar hasta un 53% del contenido”.
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