MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
La Fundación ONCE reclama protocolos “unificados y oficiales” de emergencia que recojan las necesidades de las personas con discapacidad en un entorno en el que cada vez son más frecuentes las situaciones de emergencia.
Así lo pone de relieve la entidad en el ‘Libro Blanco sobre gestión de emergencias y evacuación accesible en el entorno forestal’ elaborado en el marco del proyecto Cilifo (Centro Ibérico para la Investigación y Lucha contra los Incendios Forestales).
En este sentido, Fundación ONCE subraya la importancia de mejorar el conocimiento de las necesidades de las personas con discapacidad, personas mayores y otros grupos vulnerables, incluidos los niños.
Los expertos de Fundación ONCE consideran además que “resulta necesario involucrar a los colectivos con discapacidad en la elaboración de esos planes y protocolos de emergencia y contar con su participación en la organización de simulacros presenciales”.
Del mismo modo, señalan la importancia de ofrecer cursos sobre las necesidades reales de dichos colectivos y de concienciar sobre las pautas de accesibilidad a desarrolladoras de tecnologías para que tengan en cuenta las necesidades de todas las personas.
El ‘Libro blanco sobre gestión de emergencias y evacuación accesible en el entorno forestal’ está disponible en español, portugués e inglés e incluye el ‘Decálogo de buenas prácticas para atender a la diversidad en el entorno forestal’, en el que se recogen instrucciones básicas para atender a las personas con discapacidad.
EVACUACIÓN POR INCENDIOS FORESTALES
Precisamente este verano, Fundación ONCE reclamó especial atención para las personas con discapacidad en los casos que precisen de evacuación ante la oleada de incendios forestales que asolaron distintas zonas del país ya que, como recordaba, existe un protocolo de actuación específico para atender a personas con discapacidad motora, sensorial o cognitiva.
Así, entre otras recomendaciones, señala que, en caso de dirigirse a una persona y que no responda, hay que llamar su atención de algún modo como tocar su hombro para que detecte que se quiere comunicar con ella. En caso de acercarse a una persona para ayudarla, es importante idenfificarse y dar a conocer la función en la emergencia. Aunque se lleve un uniforme que identifique, algunas personas pueden no verlo o desconocer qué significa.
Si la persona es adulta y tiene una discapacidad, no hay que tratarla de forma infantil. Además, si va acompañada, hay que dirigirse directamente a la persona a la que se va a ayudar, no a su acompañante. También hay que ser preciso en las indicaciones que se transmiten, sin utilizar un lenguaje abstracto, con indicaciones como “a tu izquierda”, “a tu derecha” o “detrás de ti”, en vez de “aquí” o “allí”, ya que son más fáciles de entender y, además, serán comprendidas por quienes tienen una limitación visual.
En caso de transmitir mensajes de forma visual, hay que aportar una alternativa mediante sonido. De igual modo, si se transmiten mensajes sonoros, hay que complementarlo con una alternativa visual para que las personas que no ven o no oyen, reciban la información.
Si boca está tapada, por ejemplo, con una mascarilla, puede que personas con discapacidad auditiva no entiendan el mensaje por lo que hay que tratar de dejar la cara a la vista y, si por cuestiones de seguridad no es posible, apoyarse en gestos con las manos o escribir en un papel. Si se busca establecer un área de refugio o una vía de evacuación, hay que contemplar las características físicas, sensoriales o cognitivas del grupo de personas que se deben proteger.
En el caso de las personas que llevan consigo productos de apoyo, como son sillas de ruedas o bastones, no hay que separarlos de tales herramientas. De igual modo, si alguna persona va acompañada de un perro de asistencia, siempre debe permanecer junto a su dueño.
Si hay que guiar a una persona con discapacidad y no se sabe cómo hacerlo, hay que preguntar directamente y, si se ofrece información digital o impresa sobre las características relacionadas con la seguridad de una zona, conviene asegurar que sea accesible.
Para los sitios web, se deben aplicar las Pautas de Accesibilidad para el Contenido en la Web, definidas por el W3C. Si la información es impresa, se debe emplear una fuente de un tamaño óptimo (mínimo 12 puntos) y garantizar el contraste entre la fuente y el fondo.
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