MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La ingesta alimentaria de sulfitos “podría suponer un problema de seguridad” para quienes consumen “gran cantidad” de alimentos que contienen estos aditivos.
Así lo concluye una evaluación actualizada del dióxido de azufre (E220) y de los sulfitos (E221-228) realizada por los expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), si bien la “falta de información” relativa a la toxicidad hace que “no se hayan podido confirmar los efectos nocivos para la salud”, según subrayó este jueves este organismo en un comunicado.
La EFSA recordó que el sulfito está presente de forma natural en el organismo así como en alimentos como manzanas, arroz, cebollas y coles, y en bebidas, como el vino. Además, se añaden como conservantes y antioxidantes a frutas y hortalizas desecadas, productos a base de patata, cerveza y bebidas a base de malta, vino y zumo de frutas y pueden utilizarse para detener la fermentación en curso durante el proceso de vinificación.
Con respecto al umbral de seguridad, el presidente de la Comisión Técnica de Aditivos y Aromas Alimentarios de la EFSA, Maged Younes, precisó que aún no se dispone de “datos suficientes relativos a la toxicidad como para determinar un nivel de ingesta diaria admisible”, esto es, un umbral “por debajo del cual sabemos que la ingesta diaria es segura”.
“Para colmar esta laguna, calculamos márgenes de exposición -ratio entre la dosis más baja estimada en la que se observa un efecto adverso y el nivel de exposición a la sustancia- teniendo en cuenta las ingestas alimentarias y la dosis asociada a los efectos neurotóxicos en los ensayos realizados con animales”, abundó, para destacar que, en el caso de los sulfitos, una ratio no inferior a 80 “podría apuntar a un problema de seguridad”.
EFECTOS NOCIVOS
Asimismo, puntualizó que, cuando existen “pruebas de efectos nocivos, pero no son suficientes para que confirmemos la cantidad que se considera segura, el margen de exposición nos indica si las ingestas actuales pueden llegar a ser nocivas”.
Según el presidente del grupo de trabajo de la EFSA sobre el dióxido de azufre y los sulfitos, Matthew Wright, los márgenes de exposición que calcularon los expertos “eran inferiores a 80 para los grandes consumidores en todos los grupos de población, excepto los adolescentes”. “Esto significa que las ingestas estimadas para estos consumidores pueden superar lo que se consideraría seguro, hasta un 12,5% en el caso de los niños (de tres a 10 años) y hasta un 60% en el caso de los adultos”.
La Comisión Técnica encontró “pruebas de efectos adversos para la salud” en el sistema nervioso central, como una respuesta “retardada” de las células nerviosas a los estímulos, un “signo temprano de disfunción del sistema nervioso”, según la EFSA, cuyos científicos también reiteraron su recomendación anterior de “seguir investigando” la “hipersensibilidad” o la intolerancia entre “algunos consumidores sensibles” debido a la “falta de información” al respecto.
En 2016, la EFSA volvió a evaluar la seguridad de los sulfitos como parte del programa de reevaluación de los aditivos alimentarios autorizados en la UE antes del 20 de enero de 2009 y su Comisión Técnica estableció una ingesta diaria admisible temporal de 0,7 miligramos por kilogramo de peso corporal al día “a la espera de nuevos datos necesarios para llegar a una conclusión sobre su seguridad”.
- Te recomendamos -