MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Las especies de aves con combinaciones extremas o poco comunes de rasgos se enfrentan a un mayor riesgo de extinción.
Esa es la principal conclusión de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) y publicado este jueves en la revista ‘Functional Ecology’, de la Sociedad Ecológica Británica.
La pérdida de estas especies singulares y las funciones únicas que desempeñan en el medio ambiente, como la dispersión de semillas, la polinización y la depredación, podría tener graves consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas.
El estudio analizó el riesgo de extinción y los atributos físicos (como la forma del pico y la longitud del ala) del 99% de todas las especies de aves vivas, lo que lo convierte en el estudio más completo de su tipo hasta la fecha.
En escenarios simulados en los que todas las especies de aves amenazadas y casi amenazadas se extinguieron, habría una reducción significativamente mayor en la diversidad física (o morfológica) entre las aves que en escenarios donde las extinciones fueron aleatorias.
Las especies de aves que son morfológicamente únicas y están amenazadas incluyen el rabihorcado de Christmas (‘Fregata andrewsi’), que anida solo en la isla australiana de Navidad, y el zarapito del Pacífico (‘Numenius tahitiensis’), que cada año migra desde sus zonas de reproducción en Alaska a las islas del Pacífico Sur.
“Nuestro estudio muestra que las extinciones probablemente eliminarán una gran proporción de especies únicas del árbol aviar. La pérdida de estas especies únicas significará la pérdida de los roles especializados que desempeñan en los ecosistemas”, apunta Jarome Ali, doctorando en la Universidad de Princeton (Estados Unidos) que completó la investigación en el Imperial College de Londres y autor principal de la investigación.
Ali advierte al respecto: “Si no tomamos medidas para proteger a las especies amenazadas y evitar las extinciones, el funcionamiento de los ecosistemas se verá drásticamente afectado”.
CASI 10.000 ESPECIES
Los autores utilizaron un conjunto de datos de mediciones recopiladas de aves vivas y especímenes de museos hasta reunir un total de 9.943 especies de individuos. Las medidas incluyeron rasgos físicos como el tamaño y la forma del pico, así como la longitud de las alas, la cola y las patas.
Combinaron los datos morfológicos con el riesgo de extinción, según el estado de amenaza actual de cada especie en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional de Conservación para la Naturaleza). Luego realizaron simulaciones sobre lo que sucedería si las aves más amenazadas se extinguieran.
Aunque el conjunto de datos utilizado en el estudio pudo mostrar que las aves más singulares también estaban clasificadas como amenazadas en la Lista Roja, no pudo mostrar qué vincula la singularidad de las aves con el riesgo de extinción.
“Una posibilidad es que los organismos altamente especializados sean menos capaces de adaptarse a un entorno cambiante, en cuyo caso los impactos humanos pueden amenazar directamente a las especies con los roles ecológicos más inusuales”, sugiere Ali.
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