ROMA, 23 (EUROPA PRESS)
El Papa ha hecho un llamamiento para que el Mundial de fútbol celebrado en Qatar “sea una ocasión de encuentro y armonía entre las naciones” y que logre así fomentar “la fraternidad y la paz entre los pueblos”. El Pontífice, sin embargo, no ha hecho referencia a la polémica por vulneración de derechos humanos del anfitrión que rodea a esta cita deportiva ni a las denuncias por las numerosas muertes de trabajadores durante la construcción de los estadios.
“Quisiera enviar un saludo a los jugadores, a los aficionados y a los espectadores que siguen el Mundial que se está disputando en Qatar desde varios continentes. Que este importante acontecimiento sea una ocasión de encuentro y armonía entre las naciones, fomentando la fraternidad y la paz entre los pueblos”, ha señalado Francisco, tras la audiencia general que ha presidido como cada miércoles en la plaza de san Pedro.
MUNDIAL CUESTIONADO
Este fin de semana ha dado comienzo el Mundial de fútbol más polémico de las últimas décadas, el de Qatar fue cuestionado incluso antes de que el país fuera elegido por la FIFA para albergar una cita que se está pidiendo boicotear por la vulneración de derechos fundamentales y las denuncias por las numerosas muertes de trabajadores durante la construcción de los estadios.
Varias organizaciones de derechos han calificado la cita futbolística como “el Mundial de la vergüenza”, después de constatar violaciones y abusos laborales durante la construcción de los fastuosos estadios que albergarán los partidos de las 32 selecciones que disputarán el torneo.
El país está bajo el escrutinio mundial después de que se diera a conocer que miles de personas habían muerto durante la construcción de los estadios de fútbol en jornadas laborales extensísimas y bajo altas temperaturas.
Las cifras oscilan entre las más conservadoras que hablan de una treintena de muertos, que son las que ofrece el comité ejecutivo que se encarga de organizar el Mundial, el medio centenar según un informe de 2021 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), o los 6.500 fallecidos que denuncian algunos medios, como el periódico británico ‘The Guardian’.
Además, en el país las mujeres siguen necesitando el permiso de una figura masculina para tomar decisiones fundamentales en sus vidas, como casarse, estudiar en el extranjero, o poder tener acceso a ciertos tratamientos reproductivos. En caso de que logren divorciarse, el Estado les retira la potestad de sus hijos.
Qatar es también uno de los 70 países que penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo. Según su Código Penal, la “sodomía” o el “libertinaje” está penado con hasta siete años de prisión y las autoridades no se han escondido a la hora de intentar camuflar su opinión sobre la homosexualidad.
En todo caso, los silencios del Papa ante no pueden interpretarse como indiferencia ante la situación que se vive en el país. La diplomacia del Vaticano no habla el lenguaje directo y suele avanzar de forma discreta con un talante conciliador y un espíritu de diálogo para buscar puntos en común incluso con los que están en las antípodas ideológicas. Por eso Francisco, pastor y guía espiritual más que político, mide mucho sus palabras en público con el fin de evitar la instrumentalización política de sus palabras.
CERCANÍA CON LAS VÍCTIMAS DEL TERREMOTO DE JAVA
El Papa también ha recordado durante su alocución “a las víctimas del terremoto en la isla de Java”, mostrado su “cercanía” a la población. Asimismo, como ya es habitual cada miércoles, ha pedido oraciones por la paz en la “martirizada” Ucrania.
Francisco ha continuado su catequesis el discernimiento y ha abordado de este modo la cuestión del estado del “consuelo espiritual”, que ha definido como “una profunda experiencia de alegría interior que permite ver la presencia de Dios en todas las cosas; fortalece la fe y la esperanza, y también la capacidad de hacer el bien”. Para el Papa, “la persona que experimenta la consolación no se rinde ante las dificultades, porque experimenta una paz que es más fuerte que la prueba”.
Así, ha dejado claro que “la persona se siente envuelta por la presencia de Dios” es siempre “de un modo siempre respetuoso con su propia libertad”. “Nunca es algo fuera de tono ni intenta forzar nuestra voluntad. Ni siquiera es una euforia pasajera”, ha agregado.
De este modo, ha asegurado que incluso “el dolor” puede convertirse en “motivo de consuelo”. También ha citado a “tantos santos y santas” que fueron capaces de hacer “grandes cosas, no porque se consideraran buenos y capaces, sino porque fueron conquistados por la dulzura pacificadora del amor de Dios”.
El Papa ha puesto el ejemplo de la filósofa Edith Stein, que en 1942 fue asesinada con gas cianhídrico en el campo de concentración nazi Auschwitz-Birkenau, junto a un grupo de judíos convertidos al catolicismo que acababan de ser deportados desde Holanda.
“Edith Stein experimentó después de su conversión. Un año después de recibir el bautismo, escribió: ‘Al entregarme a este sentimiento, poco a poco, una nueva vida comienza a llenarme y (sin ninguna tensión de mi voluntad) a empujarme hacia nuevas realizaciones. Este influjo vital parece brotar de una actividad y una fuerza que no es mía y que, sin hacer ninguna violencia a la mía, se activa en mí”, ha señalado el Papa.
El Pontífice también ha advertido de los “falsos consuelos”, ya que “en la vida espiritual” también “hay originales e imitaciones”. Así, ha instado a los fieles a poner en práctica “el discernimiento”. “Si el consuelo genuino es como una gota en una esponja, es suave e íntimo, sus imitaciones son más ruidosas y llamativas, son fuegos de paja, sin consistencia, conducen al repliegue sobre uno mismo y a no preocuparse por los demás. El falso consuelo acaba por dejarnos vacíos, lejos del centro de nuestra existencia”, ha concluido.
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