MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Un jurado popular en Washington ha comenzado este martes a deliberar tras el juicio por conspiración y sedición contra cinco miembros de la milicia Oath Keepers, entre ellos su fundador, Stewart Rhodes, tras siete semanas de sesiones, y que en caso de ser hallados culpables se enfrentarían a penas de hasta 20 años de cárcel.
La acusación presentada por el Departamento de Justicia sostiene que estas cinco personas conspiraron para detener por la fuerza el traspaso pacífico del poder presidencial a Joe Biden, siguiendo las tesis esgrimidas por el expresidente Donald Trump de que se produjo fraude en las elecciones de noviembre de 2020.
El jurado, compuesto por siete hombres y cinco mujeres, deberá decidir si Rhodes como Kelly Meggs, Jessica Watkins, Kenneth Harrelson y Thomas Caldwell, son culpables de los cargos de sedición, conspiración y obstrucción a un proceso legal.
Los alegatos finales de la acusación fueron presentados el viernes, haciendo especial hincapié en aquellas pruebas, como vídeos, registros de llamadas, correos electrónicos y mensajes en redes sociales, que atestiguarían que los acusados se unieron para planificar y ejecutar su propia versión de las elecciones.
La fiscal adjunta Kathryn Rakoczy expuso que Rhodes y los suyos gestaron el ataque al Capitolio para lograr un fin que no era otro que “defender su propia versión de la ley” y de “lo que debería haber sucedido en esas elecciones”, según recoge la cadena CNN.
El fiscal principal de la acusación, Jeffrey Nestler, utilizó su turno de palabra para lanzar una última reprimenda sobre los acusados, a los que pidió que se considerara traidores por no defender el país que dicen proteger cuando se autoproclaman guardianes del juramento (Oath Keepers).
“Pretendían envolverse en la Constitución, pero en cambio la pisotearon. Dijeron estar salvando la república, pero en cambio la violaron. Estas cinco personas, damas y caballeros, creían que estaban por encima de la ley. Nadie lo está. Ahora es su trabajo solemne juzgar a estas personas que aceptaron cometer sedición contra Estados Unidos”, concluyó Nestler.
Por su parte, los abogados de la defensa argumentaron que no hay testigo alguno que pueda probar que existió una orden explícita para ingresar en el Capitolio y por tanto no hubo plan para impedir el traspaso de poder presidencial.
La sedición y conspiración son los cargos más importantes que se han presentado contra las aproximadamente 850 personas que han sido detenidas por su participación en aquellos disturbios. La principal acusación que han presentado los fiscales es la de ingresar de manera ilegal en un lugar restringido, mientras que el resto de las más recurrentes son por agresión o resistencia a la autoridad.
Rhodes, de 57 años, ha estado al frente del grupo desde que lo fundó en 2009. Se trata de un antiguo paracaidista del Ejército que actualmente se encuentra en prisión preventiva en Texas, después de un fallo judicial en el que se alertaba de que cuenta con la capacidad para “financiar insurrecciones futuras”.
El caso de Rhodes fue la primera acusación importante que cayó sobre un miembro de estas milicias presentes en las revueltas del 6 de enero. Hasta ese momento, el resto de integrantes de esos grupos, como Proud Boys o Three Percenters, si bien fueron acusados de conspirar para entorpecer un proceso legal, no incluía el matiz de sedición, que cuenta con una fuerte carga política.
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